Mis novelas

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sábado, abril 29, 2023

NIÑOS PRODIGIO

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DE LIBROS Y OTROS PLACERES

¡Mi niño es tan listo! Suelen decir muchos padres, madres y con mayor frecuencia las abuelas, especialmente cuando se trata del primogénito de una familia, pues ya los adultos olvidaron cómo se desarrolla el intelecto de los humanos, aprehendiendo y derivando conclusiones a partir de la observación y reflexión del mundo circundante.

Pero ciertamente hay humanos que, desde pequeños, dan cuenta de capacidades y talentos superiores al promedio. Estos niños que sorprenden en casa y en la escuela suelen nombrarse niños genio, niños prodigio o superdotados. Científicamente se definen como seres que a una edad temprana (es decir, antes de los 10 años de edad), dominan uno o más campos científicos o artísticos emprendidos generalmente por adultos. 

Tal fue el caso de Félix Lope de Vega y Carpio, conocido solamente como Lope de Vega, que ya a los cinco años leía latín y castellano y componía versos.  A los doce años, este prolífico autor del siglo de Oro español, era capaz de escribir comedias completas, siempre en verso. Como él mismo recordaba: yo las componía de once y doce años/ de cuatro actos y de a cuatro pliegos/  

Con esa facilidad innata, Lope de Vega vivió confiado como cigarra: despreocupado y disfrutando de su popularidad, gracias a  la cual nunca le faltaron dinero, amigos, fiestas y mujeres. Tampoco reveses ni enemigos. Elena, su primer y quizás más grande amor, lo dejó para casarse, por conveniencia, con el sobrino de un poderoso cardenal. En venganza, Lope hizo circular estos versos:

Una dama se vende a quien la quiera/en almoneda está. ¿Quieren compralla?/Su padre es quien la vende, que, aunque calla/su madre la sirvió de pregonera…

No conforme con ese poemita, el autor escribió una comedia denunciando a la familia de su amada. Atacar al poderoso prelado le valió el destierro de la Corte y de Castilla. Muchos años vivió este genio de la pluma, 72, durante los cuales, además de seguir con sus interminables conquistas, fue militar y hasta clérigo. Su copiosa producción, por la cual el propio Cervantes lo llamó, con abierta envidia, “monstruo de la naturaleza”, incluye unos 3,000 sonetos, 3 novelas, 4 novelas cortas, 9 epopeyas, 3 poemas didácticos y 1,800 comedias.

Menos longevo fue otro niño prodigio: Wolfgang Amadeus Mozart, muerto a los 35 años, cuya música imprescindible sigue sonando en las iglesias y salas de concierto del mundo entero. Su padre, también músico, percibió que tenía en casa a dos grandes prodigios: Amadeus y su hermana Nannerl y se dedicó en cuerpo y alma a formarlos y a hacer gala de su genialidad musical. Quizás sólo por pertenecer al género masculino, o por tener mayor talento, fue el niño el que trascendió. Amadeus practicaba el clavicordio desde los 4 años y ya componía obras de sorprendente dificultad. A los 6, tocaba con destreza también el clave y el violín. Podía leer música e improvisar frases musicales, además de poseer una memoria tan remarcable, que era capaz de memorizar obras completas. A los 8 años comenzó su primera sinfonía. A la corta edad de 6 años, su padre lo llevó de gira por las cortes europeas, para mostrar su talento al emperador José II de Habsburgo. La fama del niño cundió por Europa y, pocos años después, recorrió las principales ciudades del continente tocando para los reyes de Francia e Inglaterra, además del mundo germano. A los 14 años, debutó en el Vaticano, recibiendo del Papa la Orden de la Espuela de Oro. 

La fama y la inspiración no abandonaron a este gran músico, autor de 41 sinfonías, decenas de conciertos, sonantas adagios, serenatas, marchas, divertimentos y 22 óperas.  Sin embargo, la felicidad y la salud no fueron sus compañeras frecuentes, como suele suceder a los grandes genios, a quienes la fortuna parece cobrar el exceso de dones recibidos.


miércoles, abril 19, 2023

DÍA DEL LIBRO

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DE LIBROS Y OTROS PLACERES

Otro 23 de abril, elegantemente designado Día del libro, para dar pie a actos conmemorativos en cientos de recintos públicos, discursos de políticos y de escritores, lamentos de los profesionales de este producto. Los autores se quejarán de la miopía y prepotencia de los editores. Éstos, por la contracción de sus mercados, el cierre de librerías, la falta de interés y de apoyos gubernamentales al libro.  Los lectores, porque la búsqueda de títulos que no sean el best seller del momento se ha convertido en interminable vía crucis. Y los estudiantes, porque siguen obligándolos a leer clásicos que les parecen infumables, y, encima, a muchos en este día los obligan a escuchar una conferencia sobre la lectura y las virtudes de esos objetos que detestan, aunque hay que aceptarlo, les son muy útiles…

¿No es cierto?

¿Quién entre los jóvenes no ha lanzado un libro para apartar una silla o butaca? ¿No son perfectos para esconder los acordeones en los exámenes, los recaditos de las compañeras?  Nadie ha dejado de ponerlos abiertos y paraditos para esconder la cara y echarse una siesta o seguir platicando y riendo de los chistes del de al lado. Para fingir que estás leyendo y poder ignorar a quien no quieres saludar en el recreo, en el camión, haciendo cola o en casa, cuando quieras ahorrarte un sermón o un buen pleito.

Los de pasta dura, son un arma buena para descontarse a un latoso; los de muchas páginas, excelentes para planchar un billete, un papel arrugado o para disecar una flor que requiera inmortalizarse.

Una torre de libros puede suplantar la pata rota de una cama, de una mesa o hasta la llanta robada de un auto.

Una portada o título atrevido, sirve para escandalizar a los demás.  

También, ostentar un título como el Ulises de Joyce, En busca del tiempo perdido, de Proust, o algo de Kierkegard, sirve para apantallar a los demás y pasarse por intelectual.

Regalar un buen libro puede hacerte quedar muy bien…y comentarlo es una buena forma de acercarte a quien te interesa.  Y créeme, no falla un libro de poesía para un buen ligue.

Un estante lleno de ejemplares bien empastados y con letras doradas, es un símbolo de estatus... aunque, como en el Burgués gentilhombre de Molière, esas pastas no contengan ninguna página.  

Pero, más allá de todos estos usos adicionales… ¿qué tienen de especial estos objetos de papel, que han logrado sobrevivir al menos desde 1440 en que Gutenberg, con su invento de la imprenta, los comenzó a reproducir a gran escala? ¿Por qué esos pedacitos de metal con letras han sido uno de los inventos más revolucionarios de la humanidad? ¿Qué hay adentro de esas hojas de papel que provoca tantas pasiones a favor y en contra?  

Los libros contienen la palabra escrita, herramienta de transmisión del saber humano, de las ideas que nutren la mente y permiten que se desarrollen otras ideas, nuevos conocimientos y provocan lo más maravilloso del espíritu: la imaginación.

El colombiano Álvaro Mutis, dice en su Elogio de la lectura que leer un libro es volver a nacer.  Es el camino para apropiarnos de un mundo y de una visión del hombre que, a partir de ese momento, entran a formar parte de nuestro ser.  Una lectura disfrutada con riqueza y plenitud, es la conquista más plena que puede hacer un hombre en su vida.


lunes, abril 10, 2023

MAO ZEDONG

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DE LIBROS Y OTROS PLACERES

En Hunan, provincia del entonces Imperio Chino, nació, en 1893, un campesino que cambiaría la historia de su enorme país e influiría en la de muchos otros. Se trata de Mao Zedong, o Mao Tsé Tung, el “Gran Timonel” del comunismo oriental.

Desde su infancia, pensó Mao que no estaba bien resignarse a las desigualdades e injusticias en que vivía la gente del campo chino, oprimida no solamente por los aristócratas, sino también por el colonialismo inglés y el conflicto permanente con los japoneses. Así pues, se unió, con apenas 18 años, a las fuerzas nacionalistas del Kuomitang que, tras la Revolución de Xinhai de 1911, proclamarían la República China. 

Sin embargo, el espíritu rebelde de Mao Zedong no se conformó ante la realidad de esa república que elevó al poder a una nueva clase política autoritaria, represiva, que muy poco había hecho por el pueblo, y buscó respuestas en la doctrina marxista y en la realidad soviética. Se convirtió en el líder del Partido Comunista e inició una comunicación epistolar con Stalin, a quien consideraba su maestro. 

Sus innegables dotes y habilidades políticas lo hicieron sobresalir y conseguir muchos seguidores en poco tiempo. Adquirió prestigio entre los intelectuales, poniendo sobre papel, a través de diversas publicaciones, y de sus elocuentes discursos, ideas que transformaban y adaptaban las teoría marxistas a la realidad de su país.

Su consagración como líder la logró al guiar la llamada “Larga Marcha” del Ejército Rojo, un recorrido de más de 12, 500 km en 370 días, por caminos de todo tipo y, muchas veces, bajo condiciones climáticas extremas. Fue una estrategia genial; no sólo huyó del gobierno del Kuomitang, sino que expandió el movimiento comunista a través del largo recorrido; gracias al respeto a las comunidades que iban visitando y el espíritu de lucha y de constancia que llevó a muchos de esos campesinos a unirse a él.  También le valió el apoyo y respeto de Stalin, sin el cual no habría conseguido que, en 1949, Chiang Kai-shek y sus allegados se exiliaran en Taiwán.

Parecía el final feliz de un cuento de hadas; sin embargo, una vez adueñado del gobierno, Mao se aferró al poder y se enfermó de autoritarismo y, también, empezó a ver las cosas sólo desde su ángulo y a responder de manera represiva y cruel a los disidentes, como ha sucedido a todos los dictadores.

Durante las casi tres décadas de su gobierno hubo, por supuesto, importantes logros, como la mejora en la salud pública, la universalidad de la educación y el haber posicionado a China como una de las potencias principales del mundo. Pero el costo fue altísimo: millones de personas fueron enviadas al campo a realizar trabajos forzados. También por la fuerza se obligaba a los obreros a cumplir jornadas inhumanas. Se desató una gran hambruna que cobró millones de víctimas. Ente hambre, ejecuciones y desplazamientos forzados, se estima que murieron más de 30 millones de personas.

Su influencia no terminó con su muerte, en 1976. El culto a su persona, iniciado en vida, se vitalizó con su fallecimiento y fue aprovechado por la Revolución Cultural, para proteger el sistema comunista. La cultura de la denuncia, arraigada entre los chinos, siguió provocando detenciones, purgas, censura, tortura y fusilamientos. 

El Maoísmo, como se llama a la variante del pensamiento comunista instaurado por Mao Tsé Tung, se extendió no solamente en la mayor parte del Lejano Oriente, sino también en muchos países de América Latina. 

Algunas de las claves del éxito de esta forma de hacer política son: la exaltación de la clase campesina, el uso y elogio de la cultura popular, denostando la llamada cultura de las élites; la denostación del modelo capitalista y de toda persona catalogada como conservador o rico. La satanización de la clase burocrática anterior a su gobierno, simulando que, en su administración, no la había. La exaltación del nacionalismo a ultranza. Una nueva interpretación de la historia, editando y forzando conclusiones para adaptarla al nuevo modelo. 

También, idealizar la ignorancia, disfrazada de elogio a los campesinos que, en palabras de Mao, poseen la cualidad de ser: hoja de papel en blanco que no tiene manchas, por lo que las palabras más nuevas y hermosas se pueden escribir en ella… ¿Les suena familiar?

Para acercarse a la China de esos tiempos, me vienen a la mente dos lecturas imprescindibles: La buena tierra, de Pearl S. Buck y Cisnes Salvajes, de Jung Chang; en cine, la película El último emperador, dirigida por Bernardo Bertolucci en 1987.

Soñar...

Mi mayor placer es soñar. Soñar dormida y más, despierta. Dejar volar la imaginación y tratar de convertir esos sueños en palabras.

EL NIÑO BENITO JUÁREZ

--> DE LIBROS Y OTROS PLACERES Un personaje que no debemos olvidar, por su importantísimo legado a la formación de este país, es...