Mis novelas

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lunes, enero 31, 2022

Reseña Carmen Suárez

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DE LIBROS Y OTROS PLACERES

En esta novela se puede ver mucho trabajo de investigación, está basado en hechos reales, es un relato de tiempos de la Conquista de México, trata temas sobre el mestizaje, la mexicanidad, el deseo de ir a la guerra y la fascinante descripción de los viajes por Europa.

Me llamo la atención la vida de Isabel Moctezuma, sabía de su existencia, pero nada más. Su nombre en náhuatl era Ixcaxóchitl Tecuichpo, una mujer cuya vida estuvo ligada a la tragedia. Tecuichpo era una niña de 12, 13 años cuando la conquista, una niña a la q el destino puso en una situación terrible pues fue testigo de la destrucción de su pueblo y de la ejecución de su padre. La obligaron a casarse desde pequeña varías veces, primero por su gente, estuvo casada con dos tlatoanis, Cuitláhuac y Cuauhtémoc, que como sabemos murieron pronto y luego Cortés la caso con subalternos, además Cortés abuso de ella y de esta relación nació Leonor, la cual fue rechazada por ambos. No obstante, Cortés le dio su apellido.

Tecuichpo fue bautizada como Isabel, en honor a la reina. Después de muchos matrimonios se casa con Juan Cano, esta vez por decisión propia, con quien procrea 6 hijos. A partir de entonces Isabel pudo tener algo de paz y estabilidad.

Fue una mujer inteligente y astuta y bien asesorada por su último marido, Juan Cano, supo adaptarse perfectamente al mundo colonial.

El protagonista, Ángel Doria, sobrino del último tlatoani y descendiente de un almirante genovés, Andrea Doria, considerado como el más grande marino de la época, con ese espíritu aventurero que caracterizaba a los genoveses. Podríamos decir que Ángel es el resultado de la mezcla de dos culturas totalmente diferentes, donde surge el concepto, no muy preciso, de mexicanidad que muchos mexicanos no logran asumir plenamente. Aquí nos encontramos con esa lucha de identidades que vienen de nuestros antepasados con un cúmulo de mitos y resentimientos de los cuales no encontramos argumentos ni motivos para tener una definición de lo que somos. Como señala Octavio Paz en su “Laberinto de la Soledad”, “… el mexicano no quiere ser indio, ni español, tampoco quiere descender de ellos, los niega. Y no se afirma cómo mestizo, sino como abstracción, se vuelve hijo de la nada”.

Toda la historia de México señala Paz, desde la Conquista hasta la Revolución puede verse como una búsqueda de nosotros mismos.

Gracias Bertha, felicidades por este libro

 

jueves, enero 27, 2022

MALINALCO

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DE LIBROS Y OTROS PLACERES

Si te preguntaran: ¿qué lugar te parece perfecto para vivir? ¿qué responderías?

Yo he pensado, desde hace unos 25 años, cuando tuve la suerte de visitar a Luis Mario Shneider en su casa de Malinalco, que tal era el sitio perfecto para un escritor… y hoy, heme aquí, recién llegada a este pueblo mágico de nuestro estado, mirando las míticas montañas mientras les comparto una probadita acerca de Malinalco.

Malinaco, cuyo nombre se refiere a la flor de Malinalli o flor del zacate, se encuentra en el sur de nuestro estado, en la llamada ruta de los santuarios que pasa por Tenango y conduce hasta Chalma. Tiene un clima de templado a cálido, equiparable al que ha dado a Cuernavaca el nombre de ciudad de la eterna primavera. Desde luego, tal es la primera cualidad que lo hace atractivo para vivir. Además, conserva el ambiente provinciano, pero con suficientes servicios.

Uno se enamora a primera vista, no hay ángulo visual que no esté poblado de belleza: las montañas, árboles, flores, callejuelas flanqueadas por fachadas encantadoras. Luis Mario lo expresó así en la introducción a la monografía que escribió, publicada en 1999:

No es fabulación, ni resulta gratuito el difundido pensamiento que atesora la gente lugareña al decir que el Señor Misericordioso quiso hacer recordar a los hombres del Estado de México el inmemorial paraíso terrenal y por ello creó la región de Malinalco.

Exuberante naturaleza, paisajes protegidos entre serranías, peñascos y verdores, arropados por un cielo solar y azul, por noches de estrellas centellantes, sitio de murmullo de aves, resonancia de aullidos, de sabores, de frutas, de aire cálido, de olores de vegetación tropical, pero más todavía, de habitantes generosos, recónditos de mística, trabajadores y divertidos, sinceros y acogedores. Sí, Malinalco es un territorio de prodigalidades y purezas, adánico, cargado de magia y energía, agradecido.

Ciertamente, Shneider no exageraba. Todos esos halagos están cargados de verdad. Aquí, además de belleza, se respira tranquilidad, algo que tanta falta hace en estos tiempos. Se puede caminar por las calles del centro sin sentir que van a asaltarte o quedarás en medio de una balacera y también es posible dormir sin miedo.

Si te gusta la historia, como es mi caso, sientes que te envuelve ese pasado en que los guerreros mexicas de élite venían a perfeccionar su entrenamiento y participar del ritual de iniciación en el templo excavado en la montaña. O pertenecer al equipo de tlacuilos que tan bellamente decoraron los muros del convento agustino, haciendo del paraíso el tema pictórico.

Si buscas sabores exóticos encontrarás frutas poco comunes en los puestos de la plaza o platillos en que se combinan los productos locales, servidos en restorancitos pintorescos.

Para los amantes del senderismo y el montañismo, es un lugar ideal. Y para los creyentes, un remanso en el último tramo de peregrinación a Chalma.

En fin, no cabe más que subrayar que Malinalco se parece mucho a nuestra idea de paraíso terrenal… yo, difícilmente me iré de aquí.

viernes, enero 21, 2022

HAYREDDÍN BARBARROJA

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DE LIBROS Y OTROS PLACERES

Durante el gobierno de Suleimán el Magnífico, hubo un personaje crucial en la expansión otomana por el Mediterráneo: el corsario que hizo leyenda, temido como ningún otro por la cristiandad del siglo XVI. Se trata de Hayreddín Barbarroja, que se convirtió en leyenda de crueldad, ambición y lujuria.

Su verdadero nombre era Hizir, uno de los tres hijos de Yakup, albanés que vivía en la isla de Lesbos. El hermano mayor de Hizir, Aruj, fue quien se inició con éxito en la navegación y el comercio con África del Norte, donde adquirió el sobrenombre de Barbarroja que, muerto en una batalla contra los españoles, pasó a su hermano, junto con el mando sobre el bastión de Argel.

En 1533 Barbarroja se presentó ante el sultán Suleimán buscando una alianza para protegerse de los incesantes ataques españoles sobre Argel. El sultán descubrió la gran astucia y valor del corsario, que era un gran guerrero, políglota y avezado político, así que al poco tiempo, lo nombró comandante de las fuerzas navales de su imperio, amén de ratificarlo como virrey de Argel.

Hayreddín sumaba conquistas año con año. En 1538 había anexado al imperio otomano 28 islas de los mares Egeo y Adriático y algunos pueblos de la costa sur de Italia.

Muchos de esos territorios se los arrebató a la República de Venecia, cuyo Dogo acudió al Papa para que intercediera por la ayuda de todos los reinos de la cristiandad, convocando a una cruzada contra los musulmanes turcos. España y Portugal atendieron al llamado de Roma y unieron sus fuerzas a las de Venecia para formar una armada cruzada, que comandó el genovés Andrea Doria, quien ya se desempeñaba como almirante de las naves de Carlos V. Doria y Barbarroja, como cabezas de las dos fuerzas navales más importantes del Mediterráneo, se enfrentaron en 1538 en el Golfo de Préveza. El otomano venció al cristiano en esa primera de muchas batallas.

La estrategia y la ingeniería mantenían a estos rivales históricos siempre ocupados en mejorar sus equipos y formaciones. En cada escenario, la combinación de galeras, galeotas, galeones y veleros, así como el alcance de los cañones y el diseño de las naves, determinaban en gran medida el desenlace del encuentro. Ninguno de estos dos grandes guerreros del mar, sino sus sucesores: don Juan de Austria por parte de los cristianos y Alí Pashá, de los otomanos, se enfrentarían en 1571, en la célebre batalla de Lepanto, donde la flota de la Liga cristiana infringiría una devastadora derrota a los turcos.

Sobre estos personajes y batallas navales, te propongo acercarte a mi más reciente novela, De estirpe guerrera, publicada por Textofilia ediciones.

jueves, enero 13, 2022

SULEIMÁN EL MAGNÍFICO

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DE LIBROS Y OTROS PLACERES

Allá en el siglo XVI, cuando nuestro país era colonia del imperio español, uno de los peores dolores de cabeza del famoso Carlos V (I de España) y su hijo Felipe II, “en cuyos dominios no se ponía el sol”, lo constituía otro gran monarca, que gobernaba un imperio tan extenso como el de los Habsburgo: me refiero a Suleimán o Solimán, apodado El Magnífico, quien aspiraba a convertir el mar Mediterráneo en un lago de su imperio otomano.

Suleimán nació en 1494. Era hijo del sultán Selim I y de la bella Aisha, hija del kan de Crimea. Al ser el único hijo varón de la pareja, no tuvo que seguir la cruel tradición turca de asesinar a sus hermanos y sobrinos para eliminar la competencia por el trono. Así que envuelto en ese halo pacífico que hacía dudar a sus súbditos de la fuerza que albergaba, accedió al poder en 1520.

Poco tardó en demostrar su capacidad de gobierno, sus pocos escrúpulos ante la violencia cuando le parecía necesaria y, sobre todo, su ambición expansionista que lo hizo ampliar sus fronteras en tres direcciones principales: hacia el corazón de la Europa cristiana, en las fronteras del Imperio de los Habsburgo; hacia el imperio persa chiíta en el este; y, desde luego, por todo el Mediterráneo.

Aprovechando que la atención del emperador Carlos V estaba concentrada en el enfrentamiento con Francisco I de Francia, Suleimán conquistó Belgrado (1521), venció en la batalla de Mohács (1526), tomó Budapest (1529). Puso sitio a Viena (1529), se anexionó la mayor parte del territorio húngaro (1547) y sometió al Imperio alemán al pago de un tributo.

En 1555 logró la paz de Amasia con los persas, que azotaban sus fronteras asiáticas.

Es legendaria la historia de su tercera esposa, Roxelana o Hurrem, una esclava ucraniana de enorme inteligencia y voluntad de quien se decía que había embrujado al sultán y era quien realmente gobernaba a través de él. También es tristemente célebre la muerte de su heredero, Mustafá, ordenada por el propio Suleimán, quien creyó los rumores de que el hijo intentaba darle golpe de estado.

Este hombre genial como conquistador, que gobernó con mano dura y bajo cuyo gobierno se construyeron algunos de los más hermosos templos y palacios de Turquía, tenía una inclinación no tan conocida: la poesía. Inspirado por Hurrem escribió cientos de poemas y cartas de amor para ella. Comparto estos versos dedicados a ella:

Trono de mi mihrab solitario, mi bien, mi amor, mi luna.

Mi amiga más sincera, mi confidente, mi propia existencia, mi sultana, mi único amor.

La más bella de las bellas...

Mi primavera, mi amada de cara alegre, mi luz del día, mi corazón, mi hoja risueña...

Mi flor, mi dulce, mi rosa, la única que no me turba en este mundo...

Mi Estambul, mi Caraman, la tierra de mi Anatolia

Mi Badakhshan, mi Bagdad y mi Khorasan

Mi mujer de hermosos cabellos, mi amada de ceja curvada, mi amada de ojos peligrosos...

Cantaré tus virtudes siempre

Yo, el amante de corazón atormentado, Muhibbi con los ojos desbordados de lágrimas, yo soy feliz.

Y más tarde, cuando Hurrem murió de cáncer, el sultán escribió:

Languidezco en la montaña del pesar

Donde suspiro y gimo día y noche

Preguntándome qué destino me aguarda

Ahora que mi amada se ha ido.

Les recomiendo la serie El sultán, sobre la vida de este grande. Una excelente producción para la televisión turca, traducida al español, que bien vale la pena.

jueves, enero 06, 2022

PEDRO EL GRANDE

 


Un gobernante cuyo legado no deja de impresionar es el legendario Pedro I de Rusia, mejor conocido como Pedro el Grande, quien puso a su enorme reino en boca de sus contemporáneos europeos e hizo temblar tanto a los reyes del viejo continente como al Sultán turco y, desde luego, entre los nobles rusos llamados boyardos, a los más conservadores que lo consideraban un loco hiper activo.

La biografía de este grande, enorme en tamaño físico pero más en capacidades, sorprende por la forma en que él convertía cada revés en oportunidad de oro para aprender de cualquier tema y sumar tales conocimientos al objetivo principal de su vida: hacer de Rusia una potencia moderna, superior a todas las de su época.

Confinado, junto con su madre, a un exilio campestre durante la niñez, disfrutó el contacto con la naturaleza, la lejanía de las pesadas exigencias de la corte y aprendió el manejo de todo tipo de armas. Se dice que a los 10 años era capaz de disparar un cañón.

Durante ese periodo de preparación en que su media hermana, Sofía, gobernaba en nombre de Pedro y su hermano Iván, tuvo contacto con extranjeros que marcaron su ambición de saber: el holandés Franz Zimmerman, quien le enseñó a utilizar el aeródromo, por entonces tecnología de punta, y lo introdujo en conocimientos de navegación que le hicieron soñar con el mar y sus infinitas posibilidades. Tuvo en ese tiempo gran contacto con alemanes, que modernizaron tempranamente su forma de ver la vida.

Tales influencias ayudaron a alguien que había nacido con una inteligencia superior y una voluntad a prueba de todo. Así pues, cuando se presentó la coyuntura para hacerse del trono, lo consiguió con relativa facilidad, poniendo a su media hermana en un monasterio y tuvo siempre clemencia hacia Iván, cuya mente era sumamente débil.

Desde el primer momento su gobierno tuvo objetivos claros: hacer de Rusia una nación fuerte, moderna, poderosa y extensa. Para ello estaba dispuesto a echar mano de todos sus recursos materiales y el esfuerzo de cada uno de los millones de súbditos con que contaba, tanto nobles como siervos. Comenzó con emprender un viaje hacia la Europa Occidental, viajando “de incógnito” con una comparsa de solamente 250 acompañantes. Regresó a Rusia cargado de ideas: de Holanda, la posibilidad de establecer una ciudad entre marismas gracias a los diques, así como la necesidad urgente de construir una flota que le diera poderío en el mar. De Francia, los palacios que deben ser morada de aquellos a quienes Dios elige para ser monarcas. De Italia, la necesidad de rodearse de belleza y la conveniencia de tener como aliado al poder eclesiástico. Estas sutilezas echaron raíces en madera rusa, que las combinó con la manía de hacer todo a lo grande, y también con cierto salvajismo que no mataron las exquisiteces cortesanas y que ponía a Pedro al frente de ejércitos, de carpinteros y albañiles, de médicos y aún de verdugos.

El resultado: la expansión de Rusia desde el mar Báltico hasta el mar Negro; la victoria sobre suecos, turcos y polacos. Y para nuestro solaz, la fundación de una nueva capital: San Petesburgo, con los canales, puentes y palacios que todavía nos dejan con la boca abierta.

Hace algunos años tuve la oportunidad invaluable de conocer esa ciudad maravillosa. Allí uno no puede más que admirar a ese gobernante, su visión, su capacidad de trabajo y agradecerle por legar a la humanidad tanta belleza.


Soñar...

Mi mayor placer es soñar. Soñar dormida y más, despierta. Dejar volar la imaginación y tratar de convertir esos sueños en palabras.

EL NIÑO BENITO JUÁREZ

--> DE LIBROS Y OTROS PLACERES Un personaje que no debemos olvidar, por su importantísimo legado a la formación de este país, es...