Mis novelas

Mis novelas
Mis novelas

jueves, diciembre 29, 2022

LA ESTRELLA DE BELÉN

-->
DE LIBROS Y OTROS PLACERES

No hay decoración navideña que no incluya una estrella con cauda, en recuerdo de aquel astro que, según el evangelio de San Mateo, fue la señal del nacimiento de un rey, signo que atrajo no solamente a los pastores que se encontraban en las inmediaciones, sino aun a unos reyes magos que, de acuerdo con la tradición, llegaron después a ofrecer presentes y adorar al Mesías.

Una estrella brillante es siempre una imagen hermosa, ligada a una connotación celeste o sobrenatural. Sin embargo, para algunos científicos resulta poco creíble el mito de la estrella de Belén, y, desde los tiempos más remotos ha habido estudiosos dedicados a investigar, de acuerdo con la ciencia, qué fenómeno astronómico provocó esa descripción y cuándo sucedió. Con ello se busca aclarar, también, la fecha del nacimiento de Jesús, pues hay varias inexactitudes al respecto, lagunas y contradicciones entre la Historia Sagrada y la Historia Universal, así como desentrañar la misteriosa personalidad de los reyes magos.

El hecho de que esta estrella aparezca siempre con cauda o cola, nos remite a pensar en un cometa. Esta es, desde luego, una de las hipótesis científicas. Quienes la defienden, se apoyan en los testimonios de los antiguos estudiosos de Oriente. Hay un texto chino que dice: “En el segundo reinado de Chien ping, segundo mes, un hui hsing (cometa) apareció en Chien-niu (es decir, la constelación de Capricornio) durante más de setenta días”.  Tal referencia corresponde aproximadamente al año 5 antes de Cristo. Como éste, hay también indicios de cometas entre los años 6 y 4 de esa era. Quizás fueron esas noticias las que indujeron, en 1304, al pintor italiano Giotto a representar en su cuadro La Adoración de los Reyes Magos, a la estrella de Belén en forma de cometa. Pero es más probable que lo haya hecho porque tenía todavía la impresión reciente del cometa Halley, que pasó sobre Europa en 1301.

Otra posibilidad, desde el punto de vista de la astronomía, es que se hayan conjuntado con la Luna los planetas Júpiter y Saturno, un hecho poco frecuente pero posible, según lo explicó desde 1614 el astrónomo alemán Johannes Kepler, hecho que sucedió el 17 de abril del año 6 A.C.

También se ha manejado desde la ciencia que se hubiese tratado de una estrella nova o supernova, muy parecida visualmente a un cometa, que brilla con intensidad al estallar y pulverizarse en miles de partículas.

Ninguna de tales hipótesis ha sido comprobada con exactitud. Tampoco la fecha precisa del nacimiento de Jesús, pero es casi seguro que éste haya ocurrido seis años antes de la que se ha tomado como punto de partida de nuestra era, si se atiende a los datos comprobables en la historia política de la época, tales como el censo romano en Judea, el reinado de Herodes y algunos otros hechos y personajes. También hay muchos indicios que permiten apuntar hacia un día de primavera y no al solsticio de invierno como hemos festejado la Natividad durante siglos. Dicho error en el calendario parece haber sido intencional, para hablar del nacimiento del Hijo de Dios durante la fiesta pagana del solsticio de invierno, celebración común a las grandes culturas de aquellos tiempos, como la egipcia, hindú, griega, romana y persa. 

En cuanto a los reyes magos, podemos decir que son figuras envueltas también en el mito y el misterio. Es poco probable que se haya tratado de reyes propiamente dichos, más bien se cree que fueran estudiosos de las estrellas, ciencia que alcanzaba ya un nivel muy avanzado en Medio Oriente, especialmente en Babilonia, de donde se cree que provinieran. 

La imagen de tres reyes, con corona y todo, montados en caballo, elefante y camello, representado, además, tres distintas razas humanas, es un cliché bastante moderno. En pinturas y mosaicos antiguos, de los siglos III y IV, aparecen dos, tres y cuatro magos. Otras fuentes cristianas (sirias y armenias) pensaron en doce reyes para relacionarlos con las doce tribus de Israel o con los doce apóstoles. Los cristianos egipcios creían que eran sesenta.

La historia de que fuesen en busca de un lugar exacto señalado por el fenómeno celestial, es también un tanto inverosímil, pues, ¿cómo un astro puede marcar un sitio preciso sobre la superficie de la tierra?

Adornadas por el mito, la historia de la Navidad y la de la Epifanía, o fiesta de los Reyes Magos, están llenas de símbolos hermosos, encaminados todos a hacer de esta temporada un tiempo de amor, de paz y de convivencia armónica, que tanta falta nos ha hecho últimamente. Dejémonos pues, iluminar por la estrella de Belén y procuremos que su cauda luminosa nos llene de sentimientos positivos durante todo el año venidero.

Mis mejores deseos para las fiestas y para el 2023.


viernes, diciembre 23, 2022

LAS PIÑATAS

-->
DE LIBROS Y OTROS PLACERES

Estamos ya en la temporada navideña. Tiempo de reuniones y celebraciones tradicionales, que bien vale la pena conservar. Entre ellas, las mexicanísimas posadas, con sus antojitos, ponche y la infaltable piñata… que no es, por cierto, tan mexicana. En realidad, este objeto, hoy tan representativo de nuestra cultura, tiene una historia muy internacional, y muy larga.

La palabra piñata (pignatta), de origen italiano, significa en esa lengua “olla”. Pero no fueron los italianos quienes inventaron colgar una olla y romperla a palos. Marco Polo, el famoso marino del siglo XIII, importó esa curiosidad de uno de sus viajes a China. Allá en el lejano oriente, los mandarines golpeaban ollas decoradas en forma de animales, hechos con papel de colores, y rellenas de semillas, para augurar la fertilidad en el año nuevo. Una vez rota, los restos se quemaban y las cenizas se esparcían en la tierra para darle buena suerte en esa cosecha.

Con esta idea de las cenizas, primero en Italia y luego también en España, durante el siglo XIV, se comenzaron a romper ollas el domingo siguiente al Miércoles de Ceniza.

Cuando los frailes evangelizadores llegaron a la Nueva España, se encontraron con una tradición bastante similar entre los indígenas. Aquí, los sacerdotes de Huitzilopochtli colgaban de un palo, en el templo de ese dios de la guerra, una olla de barro, decorada con plumas de colores. Estaba llena de tesoros que se ofrendaban a la deidad, para no caer en desgracia ante tan fiero personaje.

En la doctrina cristiana, se le han dado varios significados a la piñata, especialmente a la estrella de siete picos, su forma tradicional por excelencia. Estos conos se asocian a los siete pecados capitales: envidia, gula, lujuria, ira, soberbia, avaricia y pereza, vistosamente ornados por el poder del mal para tentar a los pecadores.

También se asocia con el juego de romper la piñata a las virtudes teologales. Los ojos vendados son el símbolo de la Fe, que debe ser ciega; el hecho de colgar la piñata en alto, hace que los participantes volteen hacia el Cielo llenos de Esperanza en el premio que recibirán al vencer la tentación del pecado. Finalmente, la fruta y los dulces que caen para todos son el símbolo de la Caridad.

Hoy en día muy pocas personas piensan en todo esto mientras rompen la piñata, sino en un juego sano y divertido. La costumbre se ha extendido más allá de nuestras fronteras. A los Estados Unidos la llevaron los miles de paisanos que han emigrado con la esperanza de una vida mejor. Pero muy lejos de aquí, en las zonas rurales de la India, se ha adoptado con alegría nuestra piñata.

No dejemos a un lado la tradición de romper piñatas, ni de cantar el Dale dale a cada uno de los participantes. Y también, por qué no, a utilizar este objeto bello y vistoso en la decoración navideña.


jueves, diciembre 15, 2022

LOS BONAPARTE

-->
DE LIBROS Y OTROS PLACERES

He traído alguna vez a este espacio a una de las figuras más relevantes de la Historia Universal: Napoleón Bonaparte, conocido como Napoleón el Grande, sin duda un genio de la política y la estrategia militar.

Obviamente, la genialidad, para dar fruto, requiere alimentarse; Napoleón lo hacía leyendo y estudiando, en especial a sus dos grandes inspiradores: Julio César y Maquiavelo. Tenía la costumbre de escribir anotaciones al margen de sus lecturas acerca de cómo aplicar, a su realidad, las ideas y hechos narrados por los autores. 

No es extraño, entonces, que consiguiera grandes victorias militares y el ascenso en la escala del poder hasta llegar a auto-coronarse emperador.

El paso más importante en esta carrera de empoderamiento absoluto lo dio con el famoso golpe de estado del 18 de Brumario que lo convirtió en Primer Cónsul, en cuyo carácter redactó una nueva constitución. Al poco tiempo, mediante la compra de voluntades entre los legisladores, se hizo nombrar Cónsul vitalicio, y, luego, los manipuló hasta que lo convirtieron en emperador.

La ambición desmedida que, como dice el dicho, rompe el saco, en su caso de devolver a Francia las dimensiones del Imperio romano, fue la causa de su caída, como ha sucedido a tantos grandes de la historia.

Pero esa idea de grandeza había quedado sembrada entre muchos de sus súbditos, y en especial en su sobrino Carlos Luis Napoleón, el cuarto en la línea sucesoria del bonapartismo, nacido en el tiempo en que su tío brillaba como un astro sobre Europa, en 1808. Luis, su padre, el más joven de los hermanos Bonaparte, fue nombrado por el emperador como rey de Holanda. Cuando su tío cayó, Luis Napoleón, junto con su madre y hermanos, se exilió en Suiza.

Pero seguramente el joven seguía soñando con el poder absoluto. Y en 1936, muertos ya su primo Napoleón II y sus hermanos mayores, y viejos y sin ganas de meterse de nuevo en líos su tío José y su padre, Luis Napoleón intentó, sin éxito, dar un golpe de estado republicano contra la monarquía restaurada bajo el rey Luis Felipe I.

Finalmente volvió a Francia cuando venció la revolución de 1848 y se promulgó la constitución de la II República, que deponía a dicho rey. Bonaparte obtuvo un escaño en la Asamblea y, a fines de ese mismo año, se presentó como candidato a la presidencia.

Gracias a su famoso nombre, al apoyo popular y a su lema: “No más impuestos, abajo los ricos, abajo la República, larga vida al Emperador” (esta última frase, haciendo que pareciese dedicada a su tío, pero quizás, representando su secreto anhelo), obtuvo el 75% de los votos. También se ocupó de tranquilizar a la Iglesia católica prometiéndole restaurar el orden tradicional y evitar el jacobinismo. 

Empezó su mandato presidencial fiel a su ideología un tanto romántica, liberal, socialista y utópica, redactando una constitución republicana; pero dos años después comenzó el viraje autoritario: eliminó el sufragio universal masculino y regresó al voto censitario, reduciendo en tres millones el electorado y aumentó la duración del mandato presidencial.

Como había aprendido de su tío, estas medidas constituyeron sólo un paso antes del golpe de estado de diciembre de 1851, cuando convocó a un plebiscito.

Un mes después, en enero de 1852, se promulgó una nueva constitución que reforzaba al ejecutivo, disminuía el poder al legislativo, aumentaba la duración de la presidencia a 10 años y permitía la reelección.

Era, nuevamente un escalón hacia el objetivo final: el II Imperio, proclamado en diciembre de ese 1852 y que duraría hasta 1863, año en que consiguió, entre otros proyectos expansionistas, colocar a su protegido Maximiliano de Habsburgo en el trono de nuestro país.

Así, aunque ninguno de los dos Napoleones de Francia ostentó el título específico de Dictador, ambos lo fueron y utilizaron el poder que habían tomado por asalto, para ponerse una corona sobre la cabeza.



jueves, diciembre 08, 2022

FRANCISCO PIZARRO

-->
DE LIBROS Y OTROS PLACERES

Similar, en cuanto a origen humilde, a la historia de otros grandes conquistadores de la historia, es la de Francisco Pizarro, el extremeño que logró vencer a uno de los más grandes imperios de América: el de los súbditos del gran Inca, que abarcaba entonces toda la parte occidental del Sudamérica.

Este hombre, hijo natural de un militar español y una campesina, tuvo una infancia difícil, ensombrecida por la pobreza y la ignorancia, trabajando en la porqueriza de la finca donde su madre era doncella, en la población de Trujillo, España. En cuanto tuvo edad para desear un futuro menos oscuro, se dirigió a Sevilla y se alistó en los tercios que luchaban contra los franceses. Allí supo de las expediciones hacia el nuevo continente que, según contaban, estaba cubiertas de oro y buenas tierras. Entonces se embarcó con rumbo a La Española, donde permaneció un tiempo antes de embarcarse de nuevo para la conquista de la tierra firme. 

En la tierra que hoy es Colombia, se dio cuenta del tamaño del peligro que enfrentaba, cuando varios de sus compañeros fueron muertos por el veneno fulminante de las flechas aborígenas; pero también creció su ambición al ver que estos salvajes, apenas cubiertos con taparrabos, se engalanaban con joyas de oro finísimo. Y esto, le contaban sus informantes, era nada en comparación a la riqueza de “El Birú”, la tierra que estaba subiendo el caudaloso río, allende los altísimos picos nevados de los Andes.

Era el año de 1524; las noticias de la caída de Tenochtitlan llegaban frescas para alimentar la sed de gloria y oro de los españoles. Pizarro se unió a Diego de Almagro y Hernando de Luque, para sumar fuerzas y recursos, pues la empresa llevaría tiempo, hombres y mucho dinero. Viajaron a través de Panamá, para llegar navegando por la costa del Pacífico. Dos años después, agotados y desanimados, arribaron a la isla del Gallo. Allí, una buena parte de los hombres, amotinados, se negó a continuar. Entonces ocurrió el incidente que dio a Pizarro fama de valiente. Así lo cuenta el historiador Antonio del Busto:

“El trujillano no se dejó ganar por la pasión y, desenvainando su espada, avanzó con ella desnuda hasta sus hombres. Se detuvo frente a ellos, los miró a todos y evitándose una arenga larga se limitó a decir, al tiempo que, según posteriores testimonios, trazaba con el arma una raya sobre la arena: Por este lado se va a Panamá, a ser pobres; por este otro al Perú, a ser ricos; escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere”. 

Sólo trece hombres, “los trece de la fama”, cruzaron hacia la aventura. Con ellos y algunos refuerzos, llegó Pizarro al corazón del imperio Inca en 1531, en el oportuno momento en que la viruela cobraba la vida del emperador, el Inca Huayna Cápac, y sus sucesores, Atahualpa y Huáscar, desataban una guerra civil. Pizarro aprovechó la crisis, tomó prisionero a Atahualpa y, a pesar de que sus partidarios pagaron el rescate más grande de la historia: llenaron un cuarto de oro hasta la altura de su príncipe, y no obstante, también, que entre el trujillano y el inca surgiera un mutuo respeto que se convirtió en amistad, terminó ajusticiándolo, aunque se negó a quemarlo vivo. 

Una vez tomado el control, Pizarro afianzó su poder aliándose a la nobleza del Cusco y contrayendo matrimonio religioso con la princesa inca Quispe Sisa, bautizada como Inés y construyó su palacio en la ciudad que nombró Trujillo, como su tierra natal. Bella ciudad que, por cierto, es hermana de nuestro Metepec desde hace cerca de dos décadas.

Sin embargo, la rivalidad que acabó con su gobierno y aún con su vida no surgió de los indígenas, sino de los Almagro. 

Cuenta la leyenda que sobre los Pizarro cayó la llamada “maldición peruana”, en venganza por la muerte de los emperadores incas, y que su poder y riqueza sólo les acarreó desgracias y muerte. Tal creencia se ilustra en una placa, en el museo de Pizarro, en Trujillo, España.


sábado, diciembre 03, 2022

GENGIS KAN

-->
DE LIBROS Y OTROS PLACERES

Un conquistador legendario, temido en el mundo oriental y, en su tiempo, ignorado en occidente, fue el unificador de las tribus de Mongolia: Gengis Kan.  

Precoz político y guerrero, comenzó a hacerse de aliados para emprender su carrera político-militar a los 13 años de edad, tres años después de que su padre fuera asesinado por los tártaros, quienes robaron la riqueza a la familia, dejándola en la indigencia. El rencor, el deseo de venganza, alimentaron el alma del genial chico, cuyo verdadero nombre era Temüjin, que significa: el acero más fino.  Y fino era, en verdad, su instinto guerrero y su capacidad de organización; enormes, su ambición y astucia.

Temüjin aprovechó bien las luchas entre los diversos clanes que componían la sociedad feudal del Asia central y fue sumando a los más fuertes bajo su liderazgo.  En el año 1206 se llevó a cabo formalmente, en una reunión histórica a orillas del río Onon, la alianza de las tribus que, desde entonces, comenzaron a llamarse “mongoles” y proclamaron a Temüjin como su jefe máximo, rebautizándolo como Gengis Kan, que significa “océano”, es decir, un poder universal.

Gengis Kan fue el creador de las invencibles “hordas mongólicas”; imprimiendo entrenamiento y disciplina, dio forma a la tradición guerrera de los mongoles, convirtiéndolos en una verdadera máquina de guerra. Se componía este ejército de varios regimientos, dividido en unidades decimales, fundamentalmente de caballería que, gracias a la introducción del estribo y al dominio de un arco pequeño pero bien tensado, disparaban flechas silbantes, rápidas, sin disminuir el ritmo de la cabalgata.  Tanto los caballos como los soldados estaban bien alimentados, equipados para los distintos climas y habían pasado por un intenso entrenamiento. 

Los ejércitos marchaban, pues, con todo lo necesario para no llegar debilitados al lugar de la batalla. Se alimentaban de yogurt, mijo y leche de yegua fermentada. Los acompañaban ingenieros militares y, delante de las tropas, iba una avanzada de espías a recabar información acerca del enemigo y a esparcir rumores acerca de la ferocidad de los mongoles, haciendo cundir el pánico anticipado.

Unidos, pues, bajo su poder y meticulosa organización todos los mongoles, Gengis Kan mantuvo la cohesión poniendo frente a ellos a un enemigo y una ambición común: China, llena de sabiduría y riqueza, que trataba de protegerse de las hordas mongólicas con su enorme muralla.  

A pesar de todas estas aparentes ventajas, Gengis Kan y sus hordas penetraron el imperio chino hasta Pekín en 1214. Su nieto, Kublai Kan, heredero del talento y del poder del abuelo, terminó la conquista de China, convirtiéndose en uno de los más importantes emperadores de ese imperio para entonces enorme. En la corte de Kublai Kan estuvo Marco Polo, el mercader veneciano que traería a occidente los relatos acerca de la cultura de aquel imponente reinado.

En estos tiempos, a varios siglos de distancia de aquella era gloriosa para los mongoles, el país que conserva su nombre comprende poco más de un millón y medio de kilómetros cuadrados, sin salida al mar, entre los cuales se cuentan todo tipo de ecosistemas: una parte del desierto de Gobi, estepas y los montes Altai, con sus altísimas cumbres nevadas. Después de los kanes, Mongolia ha sido conquistada y oprimida por China y por la URSS, ha pasado por gobiernos coloniales y comunistas y hoy, bajo un régimen democrático, busca un lugar en el concierto mundial de naciones y trata de sembrar entre sus habitantes, muchos de ellos todavía semi-nómadas, sentimientos de identidad y orgullo nacional recordándoles la fuerza de Gengis Kan. Curiosamente, más de un tercio de esos casi tres mil millones de habitantes comparten los genes de aquel legendario caudillo que engendró miles de hijos, pues siempre tenía un momento para solazarse con alguna de sus treinta y seis esposas oficiales o de sus cientos de concubinas. 


jueves, noviembre 24, 2022

RÓMULO GALLEGOS

-->
DE LIBROS Y OTROS PLACERES

En el imaginario mexicano, el nombre Rómulo Gallegos queda siempre ligado al de Doña Bárbara, esa cinta de nuestro cine de oro que convirtió a María Félix en una leyenda viva. Pero olvidamos que Doña Bárbara fue, originalmente, una de las grandes obras de ese escritor y político venezolano. Gallegos reunió esas dos facetas normalmente antagónicas: la de político exitoso –tanto que llegó a ocupar la presidencia de su país en 1948, siendo el primer mandatario presidencial del siglo XX elegido de manera directa, secreta y universal por el pueblo venezolano, con más del 80% de los votos— y la de escritor excelente y prolífico, con cuya obra universalizó el paisaje y el pueblo venezolanos.

Aunque es precisamente Doña Bárbara la más conocida de sus obras, hay, entre sus muchas otras novelas y cuentos, obras de gran valor literario. Sus descripciones de la selva, los ríos, los poblados, son tan logradas, que sumergen al lector en el paisaje. Pero fue también Gallegos un gran conocedor del ser humano. Encontramos en sus personajes retratos aplicables a los latinoamericanos de entonces y de ahora.

Como muestra de ello, comparto aquí, de su fascinante novela “Canaima”, estas consideraciones acerca del machismo visto como una carga no siempre fácil de llevar:

Era José Francisco hermano de José Gregorio…Carente del valor tradicional de la familia hasta los extremos de la cobardía, pero doblado de impulsivo hasta los límites de lo patológico, esto hubo de suplir por aquello, sin lo cual nadie podría vivir en la tierra de Los Hombres Machos y menos un Ardavín, llegando a ser tan perfecta la simulación, o, mejor dicho, tan aparatosa, que muy pronto logró su propósito de hacerse temible.

Pero sólo él sabía cuántos esfuerzos le costaban estos escarceos de machía, que, lejos de aplacar a los fantasmas de su miedo fisiológico –nervios destemplados, carne ruin—le fueron creando otro, aún más atormentador. El aura que le formaba la mentira de su bravura y la fatal necesidad de acreditarla algún día con ejecutorias positivas, acabaron bien pronto por infundirle temor, ya morboso, de sí mismo, de los temerarios arrestos que en un momento dado pudieran ocurrírsele al falso valiente de día en día desligado del control a que al principio lo sometiera. Sólo que al darle cabida en su espíritu a esta reflexión ya penetrada de un sentimiento de intimidad dúplice, no calificaba de falso al Ardavín valeroso que quisiera manifestarse en él, sino por el contrario, al que sudaba frío y temblaba por aquél, no permitiéndole revelarse tal cual era. Hasta que por fin esta figuración del desdoblamiento, que ya era un pie en el umbral de la locura, se le materializó de tal modo, una mañana de borrachera tempestuosa la víspera, que sintió cual si de su cuerpo se desprendiera otro, llevándosele todo el calor vital y las energías de ánimo, al tiempo que lo dejaba, por ilusoria mitad, yerto de pavor y de muerte próxima.

Y tú, amigo, ¿qué piensas de esa necesidad de convertirse, a los ojos del mundo, en un “gran macho”, ése que nada ni a nadie teme…? Yo creo que debe ser una carga muy pesada…


jueves, noviembre 17, 2022

JULIO CÉSAR, EL MODELO DE LOS DICTADORES

-->
DE LIBROS Y OTROS PLACERES

Está de moda hablar de dictadores: de los que en este tiempo lo son, sin tapujos, de los que desean serlo y de los que lo parecen… Sin embargo, nada tiene de moderna esta forma de gobierno, que el diccionario de la RAE define como: Régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales.

Dicha forma de gobierno surgió en el siglo VI antes de nuestra era, en la antigua Roma, como una magistratura extraordinaria ejercida temporalmente con poderes excepcionales, ante una situación de emergencia. El primer dictador registrado por la historia fue Tito Larcio, nombrado para hacer frente a los latinos y sabinos que amenazaban al estado romano y habían secuestrado a las mujeres durante una fiesta… vaya que era una situación de emergencia.

Y en este argumento de la emergencia política y social se han apoyado muchos de los dictadores de la historia moderna; lo temporal lo hacen tan largo como pueden.

Pero volvamos a Roma, es decir, al punto de partida y, en especial al dictador más famoso de la historia, el modelo de todos los que han tomado el poder bajo esa forma y, también, de todos los que, en tiempos más cercanos, se han soñado y se sueñan ejerciendo un poder sin freno.

Gayo Julio César nació en el año 100 a.C., en el mes de Quintilis, que después se llamaría mes de julio en su honor, al seno de una familia patricia pero, como diríamos por aquí, venidos a menos en cuestión económica.

Desde niño mostró las cualidades innatas que, desarrolladas al máximo gracias a su afición por el estudio de todas las ramas del conocimiento y a su don para aprovechar las oportunidades y salir de los problemas, lo convertirían en un ícono de la historia de la humanidad. Entre sus habilidades más notables estaban el don de la palabra (era un orador fascinante) y la facilidad para concebir estrategias.

Uno de los personajes fundamentales para el ascenso de Julio César fue su tío Gayo Mario, un reconocido militar y político, que se convertiría en el líder de los populares, facción cercana a los plebeyos, misma que confrontaría a los optimates, a la que pertenecía la élite de patricios y senadores.

Aunque en la primera guerra civil vencieron los segundos, y esto causó que Julio César tuviera que exiliarse, también le produjo un importante capital político pues heredaría el liderazgo de las mayorías. Este liderazgo se formalizó al volver a Roma y heredar, de otro importante tío, el título de pontífice máximo en el Colegio de Pontífices.

Desde entonces su ascenso fue vertiginoso. Como militar, obtuvo grandes victorias; como administrador al frente del gobierno de Hispania enriqueció al erario público y, de paso, se hizo de una gran fortuna, indispensable para seguir su carrera política.

Como al interior del Senado seguían existiendo grandes diferencias, César comprendió que era necesaria una alianza entre poderosos y la materializó al unirse con Craso y Pompeyo, fundando el primer triunvirato. Pero tuvo la inteligencia para quedarse en Roma mientras Craso hacía la guerra en Siria (donde murió) y Pompeyo ejercía el consulado en Hispania.

Con su enorme capacidad estratégica, César consiguió que más de un senador le debiese favores y, así, hizo que su protegido Publio Vatinio propusiera una ley por la que se le concedían, en calidad de Procónsul, tres legiones, las provincias de las Galias cisalpina y transpadana y la Iliria. Acumuló así suficiente riqueza y poder para el siguiente paso (para el que, por cierto, hizo toda la pantomima de no estar muy interesado): que el senado lo nombrara dictador y le permitiese reunir en sus manos todo el poder gubernamental. El senado se supeditaba a sus decisiones, convirtiéndose en una asamblea consultiva a la que podía escuchar o desestimar. Y, para completar su dominio total, los funcionarios públicos fueron obligados a prestar el juramento de no oponerse jamás a medida alguna emanada de él.

¿Se inspiraría en los faraones que había visto en Egipto, al lado de la también talentosísima Cleopatra? Quizás. Así lo narro en mi novela Volver a Roma, cuyo tema es, precisamente, una mirada interior a los dictadores. Te invito a leerla.

Porque todos los que han ejercido el poder dictatorial (abierta o veladamente) se han inspirado en este famoso romano que escribió mucho, legándonos un gran conocimiento y frases inolvidables y eternas, a veces espeluznantes como éstas: 

Al final, es imposible no convertirse en lo que los demás creen que eres.

El César debe ser una bestia sin corazón.


jueves, noviembre 10, 2022

SOR JUANA EN BOCA DE TODOS

-->
DE LIBROS Y OTROS PLACERES

Como cada año, al celebrar un aniversario más del natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz, se reaviva, entre los intelectuales, la polémica infinita que rodea a esta figura de las letras mexicanas. Porque no hay persona que se precie de su cultura que no tenga una opinión sobre la Décima Musa. Que si es lo más portentoso que ha dado este país o que si es un ícono creado por intereses políticos. Si sus letras revelan un genio muy superior a la normalidad, además de una erudición poco común o era una poetisa ingeniosa y oportunista, que supo granjearse los apoyos necesarios para darse a notar. Que si escribía realmente ella, o alguien le ayudaba… y un sinnúmero de conjeturas alrededor de su vida personal, que llegan hasta a duelos de especialistas sobre la fecha exacta de su nacimiento, la legalidad de la unión de sus padres, las razones por las que pasó a formar parte de la corte virreinal, la identidad de los (o las) amantes que esconde su poesía, la adoración mutua entre la virreina y la monja. Las razones por las que dejó la corte para entrar en un convento, la moralidad de sus tertulias en el claustro de San Jerónimo… en fin, ensayos, biografías, discusiones, cuentos y novelas, llenan cientos de miles de páginas y los homenajes y actos conmemorativos se consideran una obligación de todo político, lector o no de Sor Juana.  

Tanto empeño y afán alrededor suyo se hace a veces chocante, al grado de inspirar también a algunos, como mi colega Beatriz Rivas que, en el libro de cuentos Las Revoltosas, con mucho ingenio, da voz a la Musa para pedir una tregua:

Sobre mí se han escrito más de dos centenas de libros, ensayos cuentos, novelas, tratados, prólogos e introducciones. Larga lista y, me perdonarán, pero sigue otra: biógrafos, historiadores, poetas, críticos literarios, novelistas y admiradores en general, mexicanos y extranjeros, ha intentado profundizar en mi obra, indagar sobre mis días, cuando todavía estaba viva y gozaba de salud plena. Los políticos me utilizan, inventando homenajes y aprovechando mi nombre en sus discursos superfluos.

Yo, por mi parte, he hecho un esfuerzo por leer lo que de mi persona se publica. Confieso que he abandonado algunos ensayos desde las primeras páginas e incluso, he tenido que deshacerme de algunas novelas pues, aunque tengo garantizada la vida eterna, aprecio el tiempo que le dedico a la lectura….y les aseguro que hay textos que no valen la pena… ¿Cómo se atreven a imaginar y a poner sobre papel mi vida íntima? ¿Quién les otorgó la autorización, que ni Dios tiene, de fantasear sobre mis intenciones, de explicar mis deseos?

Pero más allá de este simpático juego literario, debemos reconocer a Juana de Asbaje como una mujer de personalidad e inteligencia fuera de lo común y que su obra encierra no solamente un tesoro para la historia de la literatura, sino una inspiración para toda mujer con espíritu de excelencia, con voluntad de no permitir que un medio ambiente adverso le impida cumplir su misión y sus sueños. Sor Juana logró saltear muchos obstáculos de su condición y su tiempo. 

Al final, la cerrazón, la envidia y la misoginia comunes todavía en la estructura eclesiástica, parecieron doblegarla. Sin embargo lo escrito, escrito estaba y ya no pudo ni la Inquisición misma evitar que trascendiera todos estos siglos. Ese clero que primero la ensalzó y compartió su gloria, para después tenderle una trampa y obligarla a abandonar su trabajo intelectual, acabando con su esencia 

…parecer quiere el denuedo/ de vuestro parecer loco/ al niño que pone el coco/ y luego le tiene miedo…


jueves, noviembre 03, 2022

VIVIR PENANDO

-->
DE LIBROS Y OTROS PLACERES

Estos días en que, dicen, las ánimas andan sueltas, quiero poner sobre la mesa algunos momentos personales, mis vivencias al escribir y al dar a luz a uno de mis hijos de papel, la novela titulada Por eso vivo penando, que ha alcanzado ya cinco ediciones desde 1999, tanto de editoriales comerciales como del Fondo Editorial del Estado de México.

Dicen que todo escritor debe dejar testimonio de su tiempo. También es cierto que la literatura no puede ser una crónica exacta, no se trata de un reportaje sino de la transformación de la realidad, de acuerdo con la visión y los sentimientos del autor. Ambas intenciones me hicieron escribir esta novela, la que yo llamo, con orgullo, la más mexiquense de mis obras. 

A través de las protagonistas: dos jovencitas, vecinas de Metepec, Alicia y Gloria, y de la gente con quien conviven, relato la vida cotidiana de éste, nuestro tiempo, y describo algunos rincones de nuestra tierra y sus alrededores. Alicia y Gloria han tenido, a su corta edad, vidas agridulces, con buenos momentos pero también con dificultades. Cada una emprenderá un trayecto distinto, de acuerdo a su temperamento y a las decisiones que toma en relación al entorno. Alicia, soñadora e idealista; Gloria, práctica y dura.  Ambas, aunque muy jóvenes, mujeres completas que se enfrentan a un futuro incierto, un mundo poblado de ataduras y de trampas; una serie de elecciones que irán formando su camino.

Pero no sólo tú, lector, serás testigo de las acciones, de los pensamientos y sentimientos de estas jovencitas. En el contexto de la novela aparecen fantasmas que miran a las chicas sin que ellas los descubran. Estos personajes encarnan momentos claves de nuestro pasado, situaciones y hechos cuyos efectos seguimos arrastrando. Surgidos de la historia, de la leyenda y hasta de rumores, de chismes que han pasado de generación en generación, cada uno de ellos toma la voz para contarnos su historia.

Así, el título de Por eso vivo penando adquiere sentido: penan las ánimas y a veces los vivos, atados a una idiosincrasia que hace difícil crecer sin dolor, especialmente, aunque tanto se hable de liberación, en el caso de las mujeres mexicanas.

Claro que todos reconocemos esa frase: Por eso vivo penando es un verso del Son de la Negra, canción que no puede faltar en ningún festejo en nuestro país, cuando entra el mariachi y nos pone la carne de gallina… y qué decir si la oímos en el extranjero, donde seguramente nos hará rodar las de San Pedro.

Elegí dicho título no solamente por esa condición femenina de andar penando, también por la filosofía que encierra la pieza en cuestión: a todos diles que sí, pero no les digas cuándo… Qué manera de resumir, en una línea, la filosofía del mexicano: sí, ahorita, sí, al ratito, sí, compadre, sí, mi amor… cuando no tenemos la menor intención de llevar a cabo el asunto en cuestión. Lo hacemos a todos los niveles: familiar, laboral, político.  

El Son de la Negra tiene también una parte muy romántica y poética: qué tal esa metáfora de ojos de papel volando. Imaginen qué mirada más seductora la que hizo pensar al autor en esos papelitos que caen suavemente, como copos de nieve.

Por eso vivo penando, la novela, busca englobar todo eso, hilvanado con un hilo alegre: el de la danza folklórica, presente en toda la obra. Gloria y Alicia acuden a la Casa de la Cultura de Metepec a practicar esta disciplina. Se presentan en el Cerro de los Magueyes y en Malinalco, en lo alto de la zona arqueológica. En cada una de sus exhibiciones atraen las miradas y las reflexiones de vivos y muertos.

Espero, amigos, que este libro, lleno de la magia de nuestra tierra, llegue a sus manos. Leer es una forma infalible para viajar sin penas. Y los libros se liberan de su penar al ser leídos… también nosotros, los autores, dejamos de penar cuando nos leen.


viernes, octubre 28, 2022

VÍCTOR HUGO

-->
DE LIBROS Y OTROS PLACERES

Hay personajes que parecen salir de los libros, tomar vida y volverse inmortales.  Esos, los llamados personajes emblemáticos, que todos conocemos aunque hayamos olvidado a qué obra pertenecen y quién fue su autor.

Quizás el más claro ejemplo de este fenómeno sean los caracteres creados por Shakespeare, el dramaturgo inglés universal, que concibió seres eternos como Romeo y Julieta, Otelo, Hamlet o Macbeth.

Todo autor aspira a trascender de esa manera, marcando para siempre la cultura del género humano. Son los grandes, los gigantes de la literatura.

Entre estos genios de la pluma, hoy quiero referirme a un autor francés, creador, por ejemplo, de Quasimodo, el jorobado de Nuestra Señora de París, y de Cosette, Marius y Jean Valjean, los entrañables héroes de Los Miserables.

Se trata, desde luego de Victor-Marie Hugo, conocido solamente como Víctor Hugo, un verdadero fenómeno de la creación literaria, un súper hombre de la pluma que nos legó una obra tan vasta, que se dice que un lector asiduo tardaría unos diez años en leer las obras completas de este autor, incluyendo los millares de cartas, apuntes, artículos y, desde luego, su obra dramática, poesía y novelas. A los catorce años decidió convertirse en escritor, en un gran escritor, y anotó: seré un Chateaubriand o nada. Y fue sin duda mucho más que ese modelo.

Pareciera –nos dice Mario Vargas Llosa en su libro La tentación de lo imposible— que la vida de alguien que generó toneladas de papel borroneadas de tinta fuera la de un monje laborioso y sedentario, confinado los días y los años en su escritorio… Pero no, lo extraordinario es que Víctor Hugo hizo en la vida casi tantas cosas como las que su imaginación y su palabra fantasearan, pues tuvo una de las más ricas y aventureras existencias de su tiempo.  Entre estas aventuras de que habla Vargas Llosa sobresalen desde luego los asuntos amorosos, para los que tenía una energía inacabable. Tuvo una esposa, Adèle, y una amante perenne, Juliette Drouet. Pero además de ellas, encontraba la manera de seducir diariamente a mujeres de todas edades y condiciones sociales.

La política, como podrán imaginar, fue también uno de sus campos de acción. En él pasó de ser el más ardiente bonapartista, pasión heredada por su padre que fuese general napoleónico y él mismo, en la adolescencia, paje de José Bonaparte, al más feroz detractor de Napoleón III, a quien llamó Napoleón el pequeño, en el panfleto político donde convocaba al pueblo a un levantamiento armado en contra del dictador. Desde luego, esto le costó caro: su familia fue encarcelada y él vivió en el exilio hasta la proclamación de la República.

Y también se ocupaba de política internacional. Admiraba a Benito Juárez, pero no aprobó su decisión de hacer ejecutar a Maximiliano de Habsburgo, y le dirigió una carta pidiéndole clemencia en estos términos:

Escuchadme, ciudadano presidente de la república de México. Acabáis de enterrar las monarquías bajo la democracia. Habéis demostrado vuestro poder; ahora enseñadles vuestra clemencia. Después del rayo, que vean la aurora

Sin embargo, la decisión de Juárez estaba tomada y no hizo caso a esta petición de clemencia ni a ninguna otra. Entre los hubiera quedará la otra historia posible.

Soñar...

Mi mayor placer es soñar. Soñar dormida y más, despierta. Dejar volar la imaginación y tratar de convertir esos sueños en palabras.

EL NIÑO BENITO JUÁREZ

--> DE LIBROS Y OTROS PLACERES Un personaje que no debemos olvidar, por su importantísimo legado a la formación de este país, es...