Mis novelas

Mis novelas
Mis novelas

jueves, diciembre 29, 2022

LA ESTRELLA DE BELÉN

-->
DE LIBROS Y OTROS PLACERES

No hay decoración navideña que no incluya una estrella con cauda, en recuerdo de aquel astro que, según el evangelio de San Mateo, fue la señal del nacimiento de un rey, signo que atrajo no solamente a los pastores que se encontraban en las inmediaciones, sino aun a unos reyes magos que, de acuerdo con la tradición, llegaron después a ofrecer presentes y adorar al Mesías.

Una estrella brillante es siempre una imagen hermosa, ligada a una connotación celeste o sobrenatural. Sin embargo, para algunos científicos resulta poco creíble el mito de la estrella de Belén, y, desde los tiempos más remotos ha habido estudiosos dedicados a investigar, de acuerdo con la ciencia, qué fenómeno astronómico provocó esa descripción y cuándo sucedió. Con ello se busca aclarar, también, la fecha del nacimiento de Jesús, pues hay varias inexactitudes al respecto, lagunas y contradicciones entre la Historia Sagrada y la Historia Universal, así como desentrañar la misteriosa personalidad de los reyes magos.

El hecho de que esta estrella aparezca siempre con cauda o cola, nos remite a pensar en un cometa. Esta es, desde luego, una de las hipótesis científicas. Quienes la defienden, se apoyan en los testimonios de los antiguos estudiosos de Oriente. Hay un texto chino que dice: “En el segundo reinado de Chien ping, segundo mes, un hui hsing (cometa) apareció en Chien-niu (es decir, la constelación de Capricornio) durante más de setenta días”.  Tal referencia corresponde aproximadamente al año 5 antes de Cristo. Como éste, hay también indicios de cometas entre los años 6 y 4 de esa era. Quizás fueron esas noticias las que indujeron, en 1304, al pintor italiano Giotto a representar en su cuadro La Adoración de los Reyes Magos, a la estrella de Belén en forma de cometa. Pero es más probable que lo haya hecho porque tenía todavía la impresión reciente del cometa Halley, que pasó sobre Europa en 1301.

Otra posibilidad, desde el punto de vista de la astronomía, es que se hayan conjuntado con la Luna los planetas Júpiter y Saturno, un hecho poco frecuente pero posible, según lo explicó desde 1614 el astrónomo alemán Johannes Kepler, hecho que sucedió el 17 de abril del año 6 A.C.

También se ha manejado desde la ciencia que se hubiese tratado de una estrella nova o supernova, muy parecida visualmente a un cometa, que brilla con intensidad al estallar y pulverizarse en miles de partículas.

Ninguna de tales hipótesis ha sido comprobada con exactitud. Tampoco la fecha precisa del nacimiento de Jesús, pero es casi seguro que éste haya ocurrido seis años antes de la que se ha tomado como punto de partida de nuestra era, si se atiende a los datos comprobables en la historia política de la época, tales como el censo romano en Judea, el reinado de Herodes y algunos otros hechos y personajes. También hay muchos indicios que permiten apuntar hacia un día de primavera y no al solsticio de invierno como hemos festejado la Natividad durante siglos. Dicho error en el calendario parece haber sido intencional, para hablar del nacimiento del Hijo de Dios durante la fiesta pagana del solsticio de invierno, celebración común a las grandes culturas de aquellos tiempos, como la egipcia, hindú, griega, romana y persa. 

En cuanto a los reyes magos, podemos decir que son figuras envueltas también en el mito y el misterio. Es poco probable que se haya tratado de reyes propiamente dichos, más bien se cree que fueran estudiosos de las estrellas, ciencia que alcanzaba ya un nivel muy avanzado en Medio Oriente, especialmente en Babilonia, de donde se cree que provinieran. 

La imagen de tres reyes, con corona y todo, montados en caballo, elefante y camello, representado, además, tres distintas razas humanas, es un cliché bastante moderno. En pinturas y mosaicos antiguos, de los siglos III y IV, aparecen dos, tres y cuatro magos. Otras fuentes cristianas (sirias y armenias) pensaron en doce reyes para relacionarlos con las doce tribus de Israel o con los doce apóstoles. Los cristianos egipcios creían que eran sesenta.

La historia de que fuesen en busca de un lugar exacto señalado por el fenómeno celestial, es también un tanto inverosímil, pues, ¿cómo un astro puede marcar un sitio preciso sobre la superficie de la tierra?

Adornadas por el mito, la historia de la Navidad y la de la Epifanía, o fiesta de los Reyes Magos, están llenas de símbolos hermosos, encaminados todos a hacer de esta temporada un tiempo de amor, de paz y de convivencia armónica, que tanta falta nos ha hecho últimamente. Dejémonos pues, iluminar por la estrella de Belén y procuremos que su cauda luminosa nos llene de sentimientos positivos durante todo el año venidero.

Mis mejores deseos para las fiestas y para el 2023.


No hay comentarios.:

Soñar...

Mi mayor placer es soñar. Soñar dormida y más, despierta. Dejar volar la imaginación y tratar de convertir esos sueños en palabras.

EL NIÑO BENITO JUÁREZ

--> DE LIBROS Y OTROS PLACERES Un personaje que no debemos olvidar, por su importantísimo legado a la formación de este país, es...