Mis novelas

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jueves, agosto 25, 2022

INDONESIA

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DE LIBROS Y OTROS PLACERES

En días pasados, leyendo las efemérides, me llamó la atención una que decía: un día como hoy, 17 de agosto de 1945, Indonesia se declara independiente de los Países Bajos.

Poco sabía yo de ese lejano lugar, más allá de las atractivas fotografías que algunos viajeros suben en sus redes sociales. Entonces me puse a investigar un poco para darme una embarradita cultural acerca de ese archipiélago.

Me enteré que, hoy en día, Indonesia es una república, gobernada desde 2014 por el presidente Joko Widodo, del Partido Democrático Indonesio-Lucha, quien obtuvo poco más del 53% de los votos.

Su territorio comprende 17,508 islas. Dicho archipiélago es el sitio de encuentro de tres grandes placas continentales: la euroasiática, la indoaustraliana y la del Pacífico. Está habitado por 255 millones de personas y es el país con más musulmanes en el planeta.

Estas islas han sido codiciadas por potencias coloniales desde hace muchos siglos; primero, por su riqueza en especias, luego, porque entre sus recursos naturales cuenta con importantes yacimientos petroleros. Además, como paso intercontinental y, por su cercanía con China, se ha constituido a lo largo de los siglos como un bastión estratégico.

Ya desde el siglo IV a. C., los isleños eran increíbles navegantes y practicaban el comercio. Por influencia de la cultura china, aprendieron a cultivar el arroz y comenzaron a fundar ciudades y pequeños reinos.

También los indios influyeron en su desarrollo, de ello da testimonio Borodudur, el monumento budista más grande del mundo.

Desde luego, no se puede pensar en el comercio de la antigüedad sin suponer que, desde el inicio de la era musulmana, los comerciantes de Medio Oriente llegaban a Indonesia y fueron llevando hacia allá su nueva fe, la cual permeó poco a poco entre la población. Y cuando los reyes europeos comenzaron a enviar navegantes en busca de rutas alternas para obtener especias, sedas y maderas de Oriente, los holandeses y los portugueses llegaron a Indonesia, convirtiéndola en objeto de su ambición. Unos y otros terminaron haciéndose de colonias en el archipiélago; los portugueses legaron unas cuantas palabras en el vocabulario, varios nombres de familia que aún perviven y una comunidad cristiana que todavía existe.

Los holandeses, a través de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, fundada en el siglo XVI, realizaron una conquista enfocada a la explotación de las especias, convirtiéndose en un gobierno discriminador, conformado por dos clases de ciudadanos: los dominadores europeos y los nativos que trabajaban para ellos sin posibilidad de salir de la pobreza.

Como colonia holandesa, Indonesia sufrió el destino de su metrópoli: guerras contra Francia e Inglaterra que le cambiaban de dueño y, también, el apetito colonizador de Japón en el siglo XX.

Durante la Segunda Guerra Mundial, cansados del yugo holandés, los indonesios se engañaron pensando que con Japón les iría mejor, y recibieron con alegría al ejército nipón. Sin embargo, también de estos invasores recibieron actos autoritarios, violación de derechos humanos, desapariciones y torturas.

Al perder Japón la guerra, Indonesia cayó en una larga inestabilidad: los holandeses, portugueses y nacionalistas de diversos tintes políticos, convertían el país en un caos. Desde luego, las grandes potencias tenían la lupa sobre este importante enclave que no escapó a la Guerra Fría. Los países capitalistas apoyaban a los enemigos del comunismo que, por lógica vecindad con China, se expandía y cobraba fuerza.

Así pues, el conflicto desembocó en una dictadura militar denominada El Nuevo Orden, apoyada por Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia.  

En 1999, la isla de Timor Oriental, patrocinada por la ONU, decidió separarse de Indonesia. Para llegar a ello tuvo que sufrir, en los años 70, una política de genocidio y una gran masacre a manos del ejército indonesio que utilizó gas napalm contra la selva y las aldeas donde suponía que se ocultaban los insurgentes.

En el siglo XXI Islandia se ha ido democratizando gradualmente y ha salido de la gran crisis financiera en que cayó a finales de los años 90.

Esperemos que siga el progreso en Islandia…

Bueno, todo esto que les cuento es sólo una probada… vale la pena asomarse a la azarosa historia de este archipiélago con rincones paradisíacos. 

viernes, agosto 19, 2022

ALEJO CARPENTIER Y LO “REAL MARAVILLOSO”

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DE LIBROS Y OTROS PLACERES

El llamado Boom Latinoamericano en Literatura, que marcó un hito en las letras universales, fue detonado por Alejo Carpentier. Este músico, escritor y viajero incansable plasmó en sus obras, magistralmente entrelazadas, la cruda realidad, la pobreza de Latinoamérica, así como lo fascinante de sus paisajes, de este mundo de maravillosos contrastes.

De nacionalidad cubana, Alejo Carpentier nació en Francia en 1904. Cambió varias veces en su vida de residencia: habitó en La Habana y en París, en Venezuela y en Haití, en México y Madrid. Los personajes de sus obras están, como él, siempre de viaje. De cada sitio extrae lo realista y lo maravilloso, los sonidos, los aromas, la vegetación y el conocimiento del ser humano.

La idea de lo real maravilloso fue introducida en un artículo publicado en el periódico "El Nacional" en 1948. El año después apareció en la introducción de El Reino de Este Mundo. Todavía hay desacuerdos entre los que estudian literatura sobre exactamente lo que es la diferencia entre lo real maravilloso y el realismo mágico, si hay una.

Carpentier describió lo real maravilloso en su introducción: Pisaba yo una tierra donde millares de hombres ansiosos de libertad creyeron en los poderes licantrópicos de Mackandal, a punto de que esa colectiva produjera un milagro el día de su ejecución... A cada paso hallaba lo real maravilloso. Al fin de la introducción Carpentier puso una pregunta a los futuros lectores: ¿Pero qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real-maravilloso?[] Así aisló su concepto a algo exclusivamente latinoamericano y no nacional.[] En El reino de este mundo, lo real maravilloso forma una perspectiva más de la historia, no es necesariamente una ficción.

Añadió más descripción en su libro Alejo Carpentier: América, la imagen de una conjunción: Lo real maravilloso es eso, esa inesperada alteración de la realidad, una revelación privilegiada, una iluminación inhabitual, una fe creadora de cuanto necesitamos para vivir en libertad; una búsqueda, una tarea de otras dimensiones de la realidad, sueño y ejecución, ocurrencia y presencia.

De una de sus obras fundamentales, Los pasos perdidos, comparto este fragmento:

Silencio es palabra de mi vocabulario. Habiendo trabajado la música, la he usado más que los hombres de otros oficios. Sé cómo puede especularse con el silencio; cómo se le mide y encuadra. Pero ahora, sentado en esta piedra, vivo el silencio; un silencio venido de tan lejos, espeso de tantos silencios, que en él cobraría la palabra un fragor de creación. Si yo dijera algo, si yo hablara a solas, como a menudo hago, me asustaría a mí mismo. Los marineros han quedado abajo, en la orilla, cortando pasto para los toros sementales que viajan con nosotros. Sus voces no me alcanzan. Sin pensar en ellos contemplo esta llanura inmensa, cuyos límites se disuelven en un leve oscurecimiento circular del cielo. Desde mi punto de vista de guijarro, de grama, abarco, en su casi totalidad, una circunferencia que es parte cabal, entera, del planeta en que vivo. No tengo ya que alzar los ojos para hallar una nube: aquellos cirros inmóviles que parecen detenidos allá desde siempre, están a la altura de la mano que da sombra a mis párpados. De lejanía en lejanía se yergue un árbol copudo y solitario, siempre acompañado de un cacto, que es como un largo candelabro de piedra verde, sobre el cual descansa los gavilanes impasibles, pesados, como pájaros de heráldica. Nada hace ruido, nada topa con nada, nada rueda ni vibra. Cuando una mosca da con el vuelo en una telaraña, el zumbido de su horror adquiere el valor de un estruendo. Luego vuelve a estar el aire en calma, de confín a confín, sin un sonido. 

jueves, agosto 11, 2022

LAURA RESTREPO

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DE LIBROS Y OTROS PLACERES

Colombia es, por tradición, baluarte del buen castellano y cuna de grandes plumas. También, país de conflictos políticos que han hecho historia y tierra rica en bellos parajes tropicales, gente alegre, música y bailes.

Entre sus talentos literarios se cuenta Laura Restrepo, una mujer de letras, pero también de lucha social, de militancia política y de exuberante imaginación.

Ella se inició en la escritura como periodista, aunque su formación universitaria es en filosofía y letras. En la revista Semana conoció a Gabriel García Márquez, de quien sin duda tiene influencia, pues mucha de su obra pertenece también al movimiento del Realismo mágico. En sus entrevistas declara haber sido influenciada por José Saramago, a quien admira desde su juventud.

En 1883, algunos años después de haber participado en la guerrilla, fue elegida por el gobierno para formar parte de la comisión negociadora con el movimiento rebelde.

Todas estas vivencias, aunadas a su imaginación y buen oficio escribiente, le han dado tema para algunos de sus libros.

Recientemente leí su novela Dulce compañía, publicada por primera vez en 1995. Con ella obtuvo el Premio Sor Juana Inés de la Cruz de novela escrita por mujeres y el Prix France Culture, otorgado por la crítica francesa.

En dicha obra hace una metáfora de algunas de sus experiencias. La protagonista es una reportera de sociales a quien envían a cubrir la nota de un barrio pobre en los suburbios de la ciudad, en donde aseguran que se aparece un ángel milagroso. Ella se dirige allá, entre avalanchas de lodo, y termina enamorándose del ángel y teniendo con él un encuentro erótico.

Si bien esto parecería una novelita rosa, Restrepo aprovecha tal argumento para hacer un sinnúmero de denuncias: la sociedad clasista, la manipulación de la iglesia católica, su interés y el del gobierno de mantener a la población en la pobreza y la ignorancia, la tergiversación de los ideales de los luchadores sociales por medio de la prensa, entre otras.

La prosa de Laura Restrepo es fluida, elegante y divertida. Aquí una muestra:

Desde que me vieron llegar al barrio, las de la junta me habían elegido. Encontraron que yo era la propia, la muy esperada novia blanca y radiante; la que, por alta, o por rubia, o tal vez por venir de afuera, presentaba características ideales para sacarle cría al ángel. Nada había quedado librado al azar, y los embates del padre Benito sólo habían precipitado el momento.

Y a todas éstas, ¿qué pasaba conmigo? Yo sólo lo veía a él y su presencia me aturdía, y me dejaba como muerta. Yo sólo lo veneraba. Y lo deseaba.

“Haz en mí según tu voluntad”, le hubiera dicho, si no hubiera sido herejía y si me hubiera preguntado qué hacer.

Los romeros no cantaron más y volvieron al barrio, dejándonos solos, a los dos, en el viento fresco de la mañana. Yo ardía en escalofríos, ya no estaba en mí. Yo lo miraba y un solo pensamiento me latía en las sienes, “lo que ha de ser, que sea”.

Y fue. Dentro de la gruta, el ángel me hizo el amor con instinto de animal, con pasión de hombre y con furor de dios.

jueves, agosto 04, 2022

GEORGE BERNARD SHAW

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DE LIBROS Y OTROS PLACERES

El hombre razonable se adapta al mundo; el irrazonable intenta adaptar el mundo a sí mismo. Así pues, el progreso depende del hombre irrazonable.

Esta irónica frase es parte del legado de un escritor irlandés, George Bernard Shaw, quien obtuvo, en 1925, el Nobel de Literatura.

Shaw pertenecía a una familia de la burguesía protestante irlandesa, con muy limitados recursos. Por ello George empezó a trabajar a los dieciséis años, lo que lo obligó a terminar su formación de manera autodidacta. Cuando sus padres se separaron fue a vivir a Londres con sus hermanas y su madre, que era profesora de música (1876). En los años siguientes trabajó como periodista y crítico teatral y de música para diversos periódicos, al tiempo que publicaba novelas por entregas, si bien sin éxito; sus ingresos eran muy parcos, por lo que vivió en una relativa penuria.

Tras entrar en contacto con la obra de Marx, se hizo socialista (1884) y pasó a formar parte de la Sociedad Fabiana, contraria al empleo de métodos revolucionarios para la transformación de la sociedad. La doctrina marxista se convirtió a partir de entonces en el principal referente de la brillante y ácida crítica social lo mismo de sus artículos que de sus obras literarias.

En 1895, Shaw comenzó a trabajar como crítico teatral del periódico Saturday Review, lo cual fue el primer paso hacia la carrera de dramaturgo. Cándida, su primera obra exitosa, se estrenó ese mismo año. Le siguieron, entre otras, La disciplina del Diablo, Las armas y el hombre, La profesión de Mrs. Warren, El hombre y Superman, César y Cleopatra y Pigmaleón, por la que en 1938 obtuvo el Óscar al mejor guion adaptado.

My fair lady (Mi Bella Dama), que ha sido un gran éxito tanto en el teatro como en el cine, expresa una de sus principales obsesiones: las incoherencias en la escritura de la lengua inglesa. Ese asunto le preocupaba a tal grado que en su testamento destinó una parte de sus bienes a la creación de un nuevo alfabeto fonético para el inglés. El proyecto nunca pudo comenzar, pues los bienes monetarios que Shaw dejó no eran suficientes. Sin embargo, con las regalías obtenidas por los derechos de Pigmalión y My Fair Lady, sus herederos desarrollaron el denominado alfabeto Shaviano.

En su vejez conoció a una monja benedictina, sor Laurentia McLachlan, con quien entabló una extraña relación de debate intelectual con tintes de cortejo, que lo condujo a escribir la obra: Aventuras de una negra en busca de Dios. Cuando sor Laurentia lo leyó, enfureció contra el escritor, prohibiéndole que se publicara. Era demasiado tarde, la obra ya se vendía como pan caliente por todo el mundo.

Al final de esa historia, Shaw escribe:

Los incautos dicen a menudo que somos una especie impermeable a nuevas ideas. Yo no lo creo. A menudo me asombra con cuánta avidez y confianza criterios recién acuñados se aceptan y adoptan sin que haya rastro de evidencia fidedigna. La gente acogerá cualquier cosa que le entretenga, le complazca o le prometa alguna utilidad. Me consuelo, como Stuart Mill, creyendo que con el tiempo las convicciones absurdas perderán su encanto y pasarán de moda y desaparecerán; que las falsas promesas, rotas, luego de tamizadas por la burla cínica, serán olvidadas; y que tras ese proceso de criba las ideas consistentes, indestructibles (pues hasta suprimidas o abandonadas son redescubiertas una y otra vez) sobrevivirán y se sumarán al cuerpo del conocimiento verificado llamado Ciencia.

Soñar...

Mi mayor placer es soñar. Soñar dormida y más, despierta. Dejar volar la imaginación y tratar de convertir esos sueños en palabras.

EL NIÑO BENITO JUÁREZ

--> DE LIBROS Y OTROS PLACERES Un personaje que no debemos olvidar, por su importantísimo legado a la formación de este país, es...