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viernes, junio 30, 2023

JUAN EL BAUTISTA Y LOS ESENIOS

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DE LIBROS Y OTROS PLACERES

Hablar acerca de Juan, el Bautista, santo católico cuya fiesta se celebra el 24 de junio, implica, desde el punto de vista histórico, hablar acerca de los esenios, de los que hasta hace algunos años se tenía poquísima información.

Los esenios fueron una secta religiosa que surgió en Judea en tiempos de los Macabeos, la dinastía hebrea que liberó a su país del yugo helénico para caer, casi un siglo después, bajo el poderoso imperio romano. 

Este grupo enarbolaba el ideal de volver a la doctrina primigenia de los haside, es decir, los piadosos, aquellos que no se habían contaminado con las costumbres decadentes de los griegos. Algunas congregaciones llegaban a extremos fundamentalistas y vivían aislados, practicando la limpieza absoluta en cuanto a alimentación, y también el celibato. Otras, más permisivas, habitaban en las ciudades y pueblos, mezcladas con el resto de la población, pero acudiendo a las sesiones del grupo, donde se les instruía. Debían pasar pruebas antes de ser admitidos definitivamente, a través de un bautismo ritual de inmersión, tal como describe el Evangelio el bautismo de Jesús a manos de su primo Juan, el predicador del desierto.

Durante mucho tiempo, los esenios fueron sólo conocidos por las referencias de autores antiguos, como Plinio el Viejo, Flavio Josefo, Filón, Dión Crisóstomo, Hipólito de Ostia y Epifanio de Constancia. Pero hoy se sabe mucho más de ellos, gracias al descubrimiento, en 1947, de los Manuscritos del Mar Muerto o Rollos de Qumrán (llamados así por hallarse los primeros rollos en una gruta situada en Qumrán, a orillas del mar Muerto).  Estos son una colección de casi 800 escritos de origen judío, escritos en hebreo y arameo por integrantes de la congregación judía de los esenios, y encontrados en once grutas en los escarpados alrededores del mar Muerto.  Contienen algunos de los libros del Antiguo Testamento, estudiados desde el punto de vista de la filosofía esenia.  Además, hablan de un “Maestro de Justicia” y sus enseñanzas.

Una derivación de los esenios, fueron los “zelotas”, grupos nacionalistas que despreciaban el gobierno y la cultura impuestas por los romanos, pero habían incluido dentro de sus creencias la justificación de la guerra de guerrillas para limpiar su tierra de esa mala influencia.

Es comúnmente aceptada la hipótesis de que Juan el Bautista, quien quedó huérfano durante la niñez, se crio dentro de una comunidad esenia y salió de ella para predicar y bautizar a nuevos seguidores en las aguas del Jordán. Su discurso en contra de los fariseos y saduceos no estaba exento del tinte incendiario propio de los zelotas, aunque no tenemos certeza de que perteneciera exactamente a uno u otro grupo.  Es de suponerse que, si Jesús acudió a recibir el bautismo a manos de ese primo, no se tratara de una especie de guerrillero, pues el discurso pacifista de Jesús de Nazaret habría sido contrario a tal corriente.

Existen líneas de investigación histórica que todavía esperan respuestas y que no siempre estarán en armonía con la llamada Historia Sagrada. Hay incluso quienes afirman que el propio Jesucristo era un esenio, y dice Renan, uno de los historiadores más reconocidos en esta línea que "el cristianismo fue en gran medida el esenismo triunfante".

Lo que es cierto es que Juan, el santo del desierto, fue una de las devociones más difundidas por los primeros evangelizadores de las colonias españolas, pues constituía el símbolo de la conversión a la nueva fe a través del bautismo. Por ello no hay pueblo en este país y en toda la América Latina donde no se celebre en grande su fiesta.

1 comentario:

Benjamín Adolfo Araujo Mondragón dijo...

Excelente novedad libresca, Bertha; resulta muy interesante, lo buscaré para leerlo...

Soñar...

Mi mayor placer es soñar. Soñar dormida y más, despierta. Dejar volar la imaginación y tratar de convertir esos sueños en palabras.

EL NIÑO BENITO JUÁREZ

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