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miércoles, junio 07, 2023

EL MARISCAL TITO

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DE LIBROS Y OTROS PLACERES

De la misma generación de los terribles dictadores europeos que hemos traído a este espacio últimamente, es Josip Broz, apodado “Tito”, quien puso en el mapa internacional a la región balcánica.

Hijo de padre croata y madre eslovena, Josip nació en 1892 en Zagorje, en la región croata que por entonces pertenecía al Imperio Austrohúngaro.

Séptimo hijo de una pareja de campesinos no concluyó siquiera la educación primaria y trabajó primero en el campo y, siendo aún un jovencillo, como aprendiz de cerrajero. Pero más que aprender de cerrajería, se interesó muy pronto por la política sindical, uniéndose a huelgas y manifestaciones en pro de los derechos obreros.

No escapó al reclutamiento por parte del ejército austrohúngaro en 1913 y combatió en el frente serbio durante la Gran Guerra. Los rusos capturaron a todo su batallón; como él estaba herido, pasó un tiempo en el hospital y luego lo trasladaron a un campo de prisioneros en los montes Urales. Escapó y se unió al Ejército Rojo y luego al Partido Comunista de la Unión Soviética.

En 1920 regresó a Yugoslavia donde organizó manifestaciones que le costaron la cárcel desde 1928 hasta 1934. Allí se dedicó a leer y afianzar su pensamiento comunista. Cuando lo liberaron, se exilió en Austria y trabajó como enlace entre el comité central del partido en Moscú y sus camaradas yugoslavos. También permaneció un tiempo en París reclutando voluntarios para las Brigadas Internacionales de apoyo a los republicanos españoles.

En 1940 regresó a Zagreb como secretario general del Partido Comunista yugoslavo. Un año después, cuando los nazis invadieron su país, fungió como dirigente de la resistencia, convirtiéndose en el hombre más buscado por las fuerzas del Eje, que en vano trataron de aniquilarlo.

Destacó su habilidad para conseguir los apoyos necesarios para su causa, pero evitando siempre la sujeción definitiva a una u otra potencia.

Una vez terminada la 2ª guerra mundial, Tito quedó al frente del gobierno provisional de su país y, en noviembre de 1945, ganó las elecciones por una abrumadora mayoría, instaurando un gobierno republicano que deponía oficialmente al rey Pedro II.

Desde entonces hasta su muerte en 1980 permaneció en la primera magistratura de su país. Fue cofundador, junto con Egipto, la India, Indonesia y Ghana, del grupo autodenominado países no alineados, con ánimo de mantener una posición neutral durante la llamada Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS.

Durante esos años conservó un gobierno comunista, pero como él mismo lo dijo, adaptado a la realidad del mosaico de pueblos diversos que mantenía unidos gracias a su política de mano dura, su policía, ejército y red de espionaje, aunados a un eficaz culto a su personalidad. Se le ha calificado como Titoísmo a ese estilo de pragmatista nacionalista; a Tito se le consideró dictador benévolo, gobernante paternalista, genio de las relaciones internacionales, pero también como un cruel genocida responsable de miles de muertes durante la guerra y después de ella. Se dice de él que fue un rey sin corona, pues su familia y allegados formaron una aristocracia más elitista que la nobleza de las monarquías.

Tito sigue siendo una figura que genera polémica. Un genio de la política y el liderazgo, sin duda, pero también, como todo dictador, alguien que se excedió en el autoritarismo, en la persecución de sus adversarios y en la crueldad con que los trataba.

Durante la última parte de su gobierno procuró descentralizar la administración, debido en gran parte a las presiones separatistas que, aunque trataban de minimizarse, ya pugnaban por estallar en conflicto violento. Él se enfocó a mantener las relaciones comerciales y diplomáticas de su país que, como se demostró tras su fallecimiento, estaba terriblemente endeudado.

Una vez muerto Tito la aparente paz y el progreso de Yugoslavia se esfumaron. Unos años después estallaría la violenta y cruel Guerra de los Balcanes que terminaría por escindir a Yugoslavia en 7 pequeños países: Bosnia y Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Montenegro, Serbia, Macedonia del Norte y Kosovo.

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