Mis novelas

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miércoles, agosto 11, 2021

JOSÉ LÓPEZ PORTILLO Y ROJAS

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DE LIBROS Y OTROS PLACERES

Un personaje al que la historia no ha dado el lugar que debiera corresponderle, es José López Portillo y Rojas, abuelo del homónimo ex presidente de la República.

Afirmo que debiéramos reconocerlo no por ser hijo de gobernador o abuelo de presidente, ni por haber sido, él mismo, gobernador de Jalisco, Senador de la República, detractor del partido científico y del porfiriato, principal promotor del partido reyista o secretario de Relaciones Exteriores, que no son en sí pocos méritos, sino fundamentalmente por sus letras.

Como apunta Ramiro Villaseñor en el prólogo a la novela “Fuertes y débiles”, publicada por Editorial Porrúa, respecto a la trayectoria literaria de José López Portillo y Rojas, desde los 12 años despiertan en él sus aficiones literarias, editando el periódico estudiantil 'La Exhalación', en que publica sus primeros ensayos. A los 14 años escribe una novela de caballerías llamada 'Rolando mano de acero' que desgraciadamente se perdió cuando fue cateada su casa, junto con su archivo personal.

Al terminar sus estudios de jurisprudencia en 1871, escribe su novela corta 'El primer amor' que se desarrolla en la casa que sus padres tenían en San Pedro Tlaquepaque, y que nos proporciona material autobiográfico. Al poco tiempo emprende un viaje a Europa; salió de Guadalajara en 1872, hacia los Estados Unidos, donde observó los progresos materiales de ese país. De ahí pasó a Irlanda, Escocia e Inglaterra; de esa época daten las observaciones que le dieron material necesario para su libro 'Enrique VIII'.

Tres años permaneció en varios países europeos; próximo a regresar a su patria, sintió deseos de conocer Egipto y visitar en Palestina el Santo Sepulcro, el cual describe minuciosamente en su libro 'Impresiones de Viaje'. En Egipto sube la Pirámide y tuvo el orgullo de ser el primer mexicano que cruzó el canal de Suez. A su regreso al país, sólo tiene 20 años, publica el libro con observaciones muy atinadas. Se establece de nuevo en Guadalajara, como abogado litigante; al mismo tiempo se dedica a la enseñanza en la Facultad de Jurisprudencia, en la cátedra de Derecho.

Era común en los habitantes de Guadalajara el recorrer pueblos y haciendas; uno de esos recorridos el inspiró para escribir su novela 'La Parcela' y otras más. En 1875 se dedica a la política y sale electo diputado al Congreso de la Unión, cargo que cumplió hasta 1877.

En 1886 funda 'La República Literaria que se publica durante 4 años con toda regularidad. Trabaja tenazmente en la revista, escribiendo artículos de crítica literaria, novelas, cuentos y críticas de arte, en los que usa los seudónimos de Farfalla y Yussuf-Ben-Issa; aparte de sus trabajos originales traduce a escritores franceses, ingleses y alemanes, y recibe colaboraciones de escritores españoles.

En 1892 recoge todos sus poemas en un librito titulado 'Armonías Fugitivas', pero sus afanes literarios no están reñidos con sus afanes políticos y, en ese mismo año, vuelve a ser diputado, pero esta vez por el Estado de Nuevo León, gracias a su amistad con Bernardo Reyes.

En ese tiempo conoce a José Othón.

Por su activismo a favor de Reyes cae en desgracia ante los ojos del Dictador y va a prisión durante algunos meses.

Después de la Revolución, ya pacificado relativamente el país, se dedicó a la enseñanza, y fue nombrado presidente de la Academia de la Lengua, puesto que ocupó hasta su muerte, en 1923. Antes de morir había escrito sus novelas 'Fuertes y Débiles', 'Rosario la de Acuña' y el libro 'Elevación y Caída de Porfirio Díaz'. Esta es una de las biografías del General Díaz llevada con mayor imparcialidad, con juicios certeros alejados de toda subjetividad o pasión política, a pesar de la incomprensión que sufrió de parte de don Porfirio.
Don José López-Portillo y Rojas fue un fecundo escritor y uno de los máximos exponentes del romanticismo en México. En sus novelas denuncia las terribles injusticias sociales que se cometían durante el porfiriato; se ha llegado a decir que su lectura fue una de las causas de la Revolución Mexicana.

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