En 1983, el entonces gobernador Alfredo del Mazo
González, lanzó al aire la señal de una radiodifusora estatal: Radio
mexiquense, la semilla del hoy llamado Sistema de Radio y TV mexiquense.
Seguramente se inspiró el gobernador en las enseñanzas de
su célebre antecesor, don Isidro Fabela, que con su genial instinto político
había comprado durante su mandato, entre 1942 y 1943, el principal medio de
comunicación de la capital de aquel tiempo: El Demócrata, publicado en Toluca,
para convertirlo en el medio de difusión del gobierno del Estado de México.
Radio mexiquense cumpliría esa misma función: difundir
las acciones y objetivos del gobierno estatal, amén de fortalecer la cultura y
la identidad mexiquenses y colaborar con la educación, de forma atractiva, a
través de este medio de comunicación acorde con la época, que un año después
incluiría la señal de televisión.
Iniciaba así un camino ascendente que hoy posee además
señal digital y es accesible en los 125 municipios del Estado y, a través de la
internet y la vía satelital, alcanza prácticamente a todo el planeta.
Yo llegué a vivir a Metepec en 1985 y empecé a participar
en el medio cultural un lustro después. Así que pisé las instalaciones del sistema
en los noventa tempranos, en calidad de invitada de éste y aquel programa tanto
de radio como de televisión.
Más tarde, en 2006, me invitaron a colaborar con un
espacio semanal en el programa que entonces se llamaba Arriba el telón, y mi colaboración
llevaba el simpático título de Un taquito de cultura. Con contenidos similares, el programa cambió
el nombre al actual: Vagancias y extravagancias, y mi colaboración, De libros y
otros placeres.
He atestiguado pues, de manera cercana, el crecimiento de
esta interesante apuesta. He visto transformarse sus instalaciones, antes
sencillas y casi improvisadas, en el actual inmueble práctico, bello y provisto
de tecnología de punta, pero sobre todo, he tenido el enorme placer de conocer
y tratar a gente talentosa y fascinante, gente que sigue aquí, en el sistema,
otros que han volado hacia medios privados y nacionales, unos que,
lamentablemente, han dejado este mundo.
Algunas de las personas e impresiones que fui atesorando
me inspiraron partes de mi novela Fuera de cauce, publicada en 2008 por el
Instituto Mexiquense de Cultura y en 2014 por Ediciones de Autor, Editorial. Entre
sus personajes está Mireya, una guapa conductora de televisión; Lucy, la entrañable
maquillista y Carlos, un reportero que desea obtener un premio nacional de
periodismo. En la novela se compara, de manera crítica, el quehacer de una
televisora comercial y una estatal; si hoy la escribiese, seguramente
describiría de muy distinta manera el entorno de la estación mexiquense.
Les cuento esto para ilustrar lo importante que ha sido
para mí este tiempo al seno del sistema de radio y televisión del Estado de
México. Lo grato de verlo crecer y desarrollarse, mi enorme deseo de festejar
próximamente sus primeros 40 años.
Y los invito de corazón a seguirnos sintonizando, tanto
en radio como en televisión… también, por supuesto, a leer y seguir leyendo
cada día… libros y medios no son rivales sino complementos.
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