Hoy es el tradicional Día de Muertos, y desde anoche,
la gente se ha volcado a los panteones a acompañar a sus difuntos, festejarlos,
iluminar, limpiar y ornar sus tumbas, además de haber preparado, en casa, la
ofrenda donde se completará el banquete dedicado a ellos.
Cabe, pues, repasar algunos datos históricos sobre el
Panteón Municipal de Metepec, situado muy cerca de esta cabina radiofónica
desde donde les saludo, a ustedes, amigos vivos y también a los difuntos.
En febrero de
1849, el entonces síndico, Mariano Jiménez, dirigió un oficio al Ayuntamiento
de la Villa de Metepec en donde comentaba a los integrantes del gobierno la
necesidad de construir un camposanto en la periferia de la cabecera municipal,
ya que el existente en la parroquia de dicho sitio carecía de las necesidades
básicas requeridas por los cementerios de acuerdo con la ley estatal y las
ordenanzas municipales; también argumentaba que en épocas pasadas la población
se había visto azotada por las epidemias que aquejaron al país y que un nuevo
brote de cólera morbus se encontraba en Europa y era muy probable que se
disipara por América.
El señor Jiménez preparó un proyecto para iniciar la
construcción del cementerio que incluía, el lugar de construcción, la búsqueda
de fondos para la empresa, participación ciudadana, creación de una junta
colectora de fondos, y algunos aspectos arquitectónicos como la barda
perimetral, capilla, y criptas hechas a similitud de panteones de la capital
del Estado.
El documento fue recibido por el alcalde 1° don Anselmo
Robles, quien aprobó la construcción. La obra inició el 22 de febrero del mismo
año erigiendo la barda de adobe, pero por la falta de recursos económicos, en
el mes de marzo, el alcalde Robles solicitó al prefecto del distrito de Toluca,
Sr. José María Benítez, vender algunas propiedades del ayuntamiento para
extraer fondos, lo cual fue negado por el superior gobierno, quien aconsejó
seguir con los recursos que la población aportara.
El lugar exacto del camposanto estuvo originalmente
donde hoy se ubica la Secundario Oficial Miguel Hidalgo y Costilla, terreno que
para mediados del siglo XIX se encontraba a las afueras de la Villa. Existe una
placa de piedra en uno de los muros del edificio que muestra el año de 1907,
fecha probable del cambio de terreno a su ubicación actual.
Al hacer una visita de campo por las principales tumbas
se pueden visualizar dentro de las más antiguas las pertenecientes a: Isabel
Terrón (1911), José Gregorio (1913), Manuel Gutiérrez (1914), Bernarda Vilchis
(1914), Felipe Córdeva (1922), Rafael Estévez (1928).
El panteón actual está dividido en cuadrantes, y en su
parte central se erige una tumba-monumento de mármol dedicado al expresidente
municipal Amador Sámano quien, según la placa delantera, murió trágicamente en
1922. En una de las bardas más antiguas se observan los bloques de adobe y
restos de caballerizas que sirvieron a una edificación anterior.
Afortunadamente, el Panteón Municipal ha recuperado su aspecto original, para realce de la fiesta de los difuntos que alberga.
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