Esta novela me resultó muy
atrayente, no solo por su propia historia y dinámica, sino por poner ante mis
ojos muchas cosas con las que he convivido toda mi vida, sin prestarles
atención.
Nunca me han preocupado
mucho mis orígenes. Como muchas
personas, he sido instruido por mis padres de lo que debes saber. Eres mexicano, con ancestros de cada lado de
la familia que provienen de otros lugares del mundo. De hecho casi todos en el mundo somos una
gran mezcla de culturas.
Creo que mi curiosidad, y
capacidad de investigación, han sido claramente menores a los de Bertha
Balestra, que realizó en esta novela un trabajo enciclopédico.
Creo que lo que más me
impactó fue que su enfoque centrado en un célebre nativo (por sus orígenes),
mestizo, y en eventos que ocurren mayormente en Europa, en vez del lugar común,
que hemos oído toda la vida, de las aventuras del europeo que viene a Las
Américas.
Esto logró, en mi opinión,
que viera un punto de vista diferente al que siempre había visto en mis ya
antiguas clases de historia, identificándome con mis raíces, que me cuestan
trabajo clarificar.
Al final, acabé confirmando
mi identidad como mexicano, como una mezcla de culturas, que no dependen de la
procedencia geográfica de los ancestros, sino de la cultura que abrazo y tengo
como propia, aunque no tenga claro que elementos me definen como mexicano,
además del propio autoconcepto y el deseo de pertenecer a esta cultura diversa
y difícil de contener en unas palabras, aunque como bien cita Carmen, algunos
mexicanos parecemos ser una abstracción, hijos de la nada.
Al final, disfrutando de la
excelente descripción de la vida de los personajes pude conocer una gran
cantidad de aspectos prácticos de la vida en esa época, que resultaba algo
corta y precaria , donde las leyes eran una entelequia del poderoso y se
abusaba del débil, siendo especialmente doloroso el abuso contra las mujeres y
el uso de los indígenas como objetos.
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