Caminando por Malinalco, me he encontrado lugares y
personas maravillosas. Hoy les contaré acerca de un matrimonio de quijotes del
saber: José Esquivel y Diana Flores, propietarios de la librería Amoxcalli.
El nombre del acogedor local proviene de las voces
náhuatl amox = libro y calli = casa, por lo que su significado es
“casa de los libros”. Así decidieron llamar estos amantes de la lectura a la
pequeña librería que iniciaron hace aproximadamente un lustro.
Diana, maestra jubilada, llegó con su esposo José desde
la Ciudad de México, enamorados de la tranquilidad y la belleza de este pueblo,
al que también se había mudado su hija. Al poco tiempo a ella le pidieron
coordinar talleres infantiles de lectura en la Casa de cultura de la localidad.
Su amor por los libros permeó pronto entre los niños y
sus padres, quienes se quejaban de no poder adquirirlos en la población. Entonces Pepe y su esposa comenzaron a traer
algunos ejemplares que vendían en una mesa pequeña, en la entrada del recinto
cultural. Poco a poco la demanda creció, obligándolos a duplicar y triplicar la
oferta. No tardó aquel incipiente comercio en requerir un local que albergara a
los libreros y su mercancía. Por distintas razones, ha tenido que cambiar de
local dos veces, hasta llegar a su ubicación actual: la calle Miguel Negrete
esquina con Callejón del Beso.
Estos incansables promotores de la lectura no se
contentan con mantener ese local lleno de deliciosas tentaciones. Organizan
círculos de lectura, tertulias y presentaciones de autores y cuenta cuentos y,
cuando las autoridades municipales y los directivos de los centros escolares
abren sus murallas al mundo exterior y se sensibilizan hacia la cultura
–cuestión mucho menos frecuente de lo deseable—, el matrimonio Esquivel Flores
está listos para sumar esfuerzos encaminados a mejorar el nivel de los
habitantes de Malinalco y sus alrededores.
Como quien esto escribe, Diana y José están convencidos
de que un pueblo que lee ha dado el paso más importante para desarrollarse.
Ojalá se tiendan puentes para que los tesoros que guarda este recinto, esta
isla maravillosa que es la librería Amoxcalli, fluyan con la ayuda de maestros
y funcionarios hacia las nuevas generaciones.
Por mi parte, como lectora obsesiva irredenta, agradezco
a la vida contar con estos vecinos y su bella casa de libros.
1 comentario:
Que maravilla,esta es una grandiosa historia.
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